de lo que es el Aburrimiento Dominical

Hoy Mr D tuvo que trabajar. Odio eso. Mis fines de semana no son tan divertidos sin mi cómplice. No se vale. Ya me aventé nosécuántos capítulos de Lalola, ya leí el periódico, ya leí los blóS. Aproveché para hacerme un mini-spa en casa: me puse todas las mascarillas que tengo para cara, puerco, pies y cabello, ya me hice pedicure y manicure, y ya me depilé las cejas y demás áreas con vello indeseable (que no son pocas). En este caso la genética me jugó chueco, en éste y con mis dientes que no son ni tan parejitos ni tan blancos como debieran ser. Y encima con el agua de acá tan dura, con tanto café y tanto vino tinto se me están manchando. Lo odio también. Necesito un dentista urgente. Extraño a mi dentista de cabecera. Ash. Extraño también a mi manicurista que me dejaba unas uñas preciosas. Sí, de acrílico y con decorado francés. También extraño a mi estilista que no hacía nada extraordinario pero al menos sabía muy bien qué corte era el que me gustaba. Además aquí el servicio es tan caro que nomás de ver el precio se me quitan las ganas de un cambio de look. Ash. Extraño a mi marido, a mi hermana y a mi mamá. Quiero un perro que por lo menos me haga compañía en días como estos. También en días como todos los demás. Ash, ash y más ash!