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miércoles, 28 de abril de 2010

de lo que son las casualidades (o el de las otras mexicanas)

Pues nunca he hecho mención de esto en DLQVSUB pero resulta que gracias a estar inscrita a la red Expat es que me han podido contactar al menos otras dos mexicanas perdidas en Bruselas. Fugitivas del petate, como yo. Historias que si bien no son iguales a la mía, también las terminaron sacando de su paísito para vivir un amor en territorio ajeno.

Qué cagado que para acabar de rematar las terminaron trayendo al mismo vecindario, a escasas cuadras de mi jaula.

Una está casada con un belga francófono, y la otra en vías de compromiso (aún no sabemos si esto acabará en boda, crucemos los deditos) con un italianito que vive aquí en Bruselas.

Ahora me pregunto. Cuántas mexicanas más vivirán dentro de un radio no mayor a 1 km a la redonda? Las habré visto en la calle sin siquiera sospechar que somos paisanas? Me las he encontrado en el parque paseando al perro? O en el super?

Una vez Mr D estaba fumando en el balcón y me dijo: "amor, ven a ver a una familia mexicana que se está bajando de su auto". Yo corrí y le pregunté que cómo sabía que eran mexicanos, y me respondió: "porque el hombre lleva una bolsa con limones en la mano". Y tal vez no encuentren el chiste pero acá todo el mundo utiliza el citrón y lo utilizan poco; y los limones pues son mucho más caros y obvio, utilizados por puro conocedor y no pueden faltar en la mesa de cualquier mexicano.

La verdad es que la familia en cuestión tiene toda la pinta de mexican handcraft y ni mencionar que además el carro traía una bandera mexicana, ja! (Mr D siempre tan perceptivo).

Un día me voy a armar de valor y les voy a ir a tocar la puerta...


jueves, 14 de enero de 2010

de lo que son 2 Noticias

Mis queridos lectores:

Les informo que,

mañana tengo una pequeña participación en un programa de radio de FM Brussel. De aquí al estrellato!!!! No, no es cierto, no me haré famosa. Sólo necesitaban a una mexicana que quisiera participar en el programa, y a mí como eso de la "locutoreada" ni me gusta pues... me dieron en mi mero mole. El motivo es que a partir del 16 del presente mes, se abre al público la exposición "México" en la BOZAR (o lo que sería el Bellas Artes de acá) y pues quién mejor que una mexicana para comentar acerca de la cultura mexicana, verdad? No hablaré de la expo puesto que no la he visto, hablaré de lo que me pregunten en el momento. Mi colaboración será en inglés. Si no tienen nada mejor que hacer a partir de las 5:30 am hora de Méx / 12:30 pm hora de Bruselas de mañana Viernes 15 de enero, escúchenme vía internet y ríanse a mis costillas o presuman que me conocen (aunque también pueden simplemente seguir durmiendo).

Y también que,

oficialmente, quiero entrarle a esto del Club Postal por lo que mi mail ya está disponible en mi perfil (anden, escríbanme, porfis).


de lo que viene siendo un blog y La D se los agradecen.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Si el No Hubiera existiera (5)

Para .Yu,
porque al final lo que te pasa es lo mejor que te pudo haber pasado.




Si Miss E no se hubiera casado (suspiro).

Miss E ha sido mi amiga por ya no sé cuántos años. Desde la primera vez que coincidimos al hacer equipo para un trabajo en la universidad a finales de nuestro segundo semestre nos volvimos inseparables. Teníamos muchas cosas en común, desde la música que escuchábamos, el sentido del humor, el carácter del demonio, las cosquillas por salir de antro, entre haaaartas más.

Así que cuando terminamos la universidad, nos conseguimos un apartamento para compartir y empezamos a vivir la vida que siempre soñamos. Ninguna de las dos tenía pareja ni perro que nos ladrara. Hacíamos lo que queríamos y lo que nos placía sin rendirle cuentas a nadie. La rutina de los fines de semana ya la saben, así como los trabajos que teníamos y demás.

Habíamos vivido historias de desamor parecidas y las dos estábamos en la etapa de venganza contra el género masculino (sí, nos duró alguito). Así que galanes iban y venían pero ninguno se quedaba, y si lo intentaba pues lo corríamos. Disfrutábamos tanto de nuestra soltería! Nos íbamos a comer, o de compras, y hasta a clases de danza juntas. Aunque ella sí tiene coordinación y flexibilidad, no como otras que puras vergüenzas, caray.

El caso es que en una de esas yo conocí a Mr Chingón que me deslumbró con su carro del año y su negocio propio y empecé una relación pseudo-feliz que duró lo suficiente como para convencerme de buscar un depa para mí solita. Ya saben para evitar molestar al vecino a deshoras. La consecuencia fue que entonces Miss E conoció al que ahora es su esposo, se fue a vivir con él y luego se casó! Ouch!

Fue complicado mantener el contacto después de estos sucesos por varias razones. La primera fueron las parejas, tanto las que se fueron como las que se quedaron - o sea, la suya. Los horarios de trabajo y las distancias nos dieron en la madre. Los fines de semana se dedicaron a Él como su novio y/o a su familia (de Él); y las salidas al antro también se hicieron como que menos frecuentes y exclusivas. Ya no íbamos sólo ella y yo, ahora íbamos Él, ella, los amigos de él y yo como agregada cultural. Tampoco íbamos ya a Nuestro Antro de Toda la Vida donde yo era tratada como princesa, sino que Él elegía el antro de su preferencia a donde a Él lo trataban como a un príncipe y a mí nadie me conocía. Por lo tanto yo no tenía ya voz ni voto ni al elegir la bebida ni a la hora de retirarnos del lugar.

Así algunos meses más pasaron hasta que un buen día decidieron formalizar y casarse. Yo obvio, estuve en primera fila como Madrina de Argollas y fui muy feliz de verla feliz a ella, en la boda de sus sueños y vestida de novia y... y... y vivieron felices comiendo perdices. [Eso sin mencionar que a estas alturas yo ya tengo un sobrino de casi dos años de edad. No es maravilloso?]

Si Miss E no se hubiera casado mi vida habría sido más o menos así. Ella se habría ido a vivir conmigo en el depa que yo tenía ya alquilado (ese depa que en un principio era para Mr Chingón y para mí). Habríamos compartido gastos y habría habido una segunda temporada de andanzas, aventuras y acapulcazos. Probablemente, Él no habría soportado tenerme como mala influencia y habría tenido de dos sopas: o se unía al club o se iba por donde había llegado. Seguramente, yo habría convencido a Miss E de muchos más fines de semana fuera de la ciudad por lo que en alguna de esas se habría olvidado de Él y habríamos sido uña y mugre por un tiempo más.

Luego, ella seguiría trabajando donde tan bien le iba y yo la habría seguido de regreso a ese mundo de luces, fiestas y rocanrol. Conociendo a gente VIP y haciéndonos de cierta fama. Un buen día, un productor de televisión nos habría descubierto y nos habría lanzado al estrellato como el Dueto de Plástico Grupero Del Año y habríamos sacado nuestro primer sencillo con ritmo duranguense titulado "Por nuestras lindas caritas". Habríamos alcanzado tal éxito que nadie se preguntaría si en realidad cantábamos o no. [Si Valentín pudo porqué nosotras no?]


Después de una gira de un año por toda Centroamérica, Sudamérica y el sur de los Estados Unidos, nos habríamos tomado un par de meses para descansar en nuestras respectivas villas en Beverly Hills. Habríamos coincidido en innumerables ocasiones en cocteles y alfombras rojas con Salma y Gael, y éste último nos habría invitado (otra vez) a participar en una de sus películas. La diferencia sería que Miss E ya tendría un contrato firmado para lanzarse como solista y quitarle el lugar a Ninel Conde como reina de los palenques y de las ferias y entonces yo no habría tenido motivo para no aceptar un papel en la tan aclamada "Rudo y Cursi".

Ahí la que habría salido perdiendo es la ahora madre del hijo de Gael ya que él inevitablemente al conocerme, se habría enamorado de mí y por lo tanto a ella la habría dejado vestida y alborotada. Obvio, yo lo habría utilizado sólo para darme a conocer entre la farándula internacional. Me habría valido de él para hacerme amiga de Alfonso Cuarón quien luego me presentaría a Clive Owen quien me presentaría con Jennifer Aniston con quien tendría que habérmelas visto ligeramente difícil para ganarle al guapo Gerard Butler -quien en realidad habría sido mi objetivo desde un principio. [Y claro, si Angelina le bajó a Aniston a Brad, yo sin duda alguna le habría bajado a Butler. Como que a Jen no se le da eso de cuidar a los galanes].

Luego, Miss E sería todo un exitazo en México y al terminar su primer gira de solista, yo la habría extrañado demasiado y la habría invitado a visitarme a una de mis casas en Francia; esa que está justo junto a la de Salma. Nos habríamos asociado con ella para fundar una casa productora entre las tres y hacerle la competencia a Drew Barrymore como productora de películas de títulos olvidables para pasar el verano. Nuestras vidas estarían agendadas hasta el último minuto de cada día y la mitad de nuestro tiempo nos la pasaríamos en aeropuertos y firmas de autógrafos.

Tendríamos sólo tiempo para twittear y si acaso para enviar a la prensa fotografías escandalosas que harían palidecer a la mismísima Lindsey Lohan. Quien obvio, se propondría destruirnos empezando por decir que Gerard habría caido en sus garras en un descuido mío. Esto me habría provocado una gran depresión y me habría refugiado con otra de mis grandes amigas, Amy, lo que al cabo de un tiempo me orillaría a compartir también con ella la habitación en cierta clínica de cierta isla tropical. Miss E habría sido la ganona, se habría quedado con Gerard, con la casa productora y con la fama, pero nunca habría dejado de pagar las mensualidades de mi retiro temporal.

Esas son amigas y no pedazos.









lunes, 16 de noviembre de 2009

Si el No Hubiera existiera (6)

Hoy me desperté con una sola idea fija en la cabeza, así que lo tomaré como una señal para escribir el número que más escalofríos me provoca en esta serie.

De hecho, de toda la serie éste apartado es a mí parecer el más determinante en mi vida y ahí les va el porqué. Si El Innombrable no hubiera tomado la decisión de terminar su relación conmigo, yo no habría conocido a Mr D y por consiguiente no me habría casado con él ni me habría venido a vivir a Bélgica.

Lo que me habría esperado de haber seguido la relación no habría representado mayores cambios. Probablemente habría seguido con la misma rutina de miércoles y fines de semana, sin formalizar pero tampoco sin terminar. Compartiendo actividades lúdicas sin mayores compromisos ni ataduras. Sin embargo, después de año y medio de una relación no seria pero prácticamente exclusiva (no voy a entrar en detalles en cuanto al practicamente se refiere) yo me sentía muy estable, muy contenta y muy satisfecha con ella.

El final de la relación fue algo que yo no anticipé en ninguna manera. Todo parecía normal, salvo un par de señales que yo no supe ver a tiempo y de las cuales me percaté ya a distancia: ciertos olvidos importantes de su parte, la disminución de sus sonrisas y el aumento de sus silencios. Al verme sola esta vez no necesité psicólogo (dos sesiones no cuentan o sí?) ni estuve sin salir de casa por meses, tampoco hubo justos que pagaran por pecadores, ni one-night-stands para tratar de amagar el dolor de la ausencia. No hubo mayor drama.

Una vez, alguien muy sabio me dijo que estaba bien si un amor me derrumbaba (al haber sido fallido) pero que no podía permitirles a todos que me cimbraran de la misma manera. Así que al recordar estas palabras me prometí no dejarme avasallar por el dolor y la desesperación. Claro que estaban ahí, como sombras, a cada momento y todo lugar. Acechando la mínima señal de debilidad para ensañarse conmigo. Esperando la mínima pausa de mi cerebro para inundarme con recuerdos de ayeres más felices y de noches más ansiadamente esperadas. Así que me propuse vivir con él, hacerlo a un ladito nomás para que no me estorbara y seguir con mi trabajo que cada día me satisfacía menos, y tratar de llenar esos espacios de tiempo que antes ya estaban dedicados a alguien. Intenté inventarme actividades e incluso me hice el propósito de conocer gente nueva o de acercarme más a la que tenía a mano.

Todo esto funcionó como paliativo por un tiempo hasta que inevitablemente, tuve que dar lugar al duelo. Vinieron las lágrimas y las nunca respondidas preguntas: qué hice mal? en qué fallé? en qué me equivoqué? y un largo etc lleno de "y si hubiera" y "si no hubiera". Pasando esta etapa que afortunadamente no duró mucho, reconocí que no había respuesta más allá de la que ya sabía (aunque nadie le gusta saber que no es capaz de inspirar amor en el otro) , me dí a la tarea de levantarme y sacudirme el polvo de los raspones que me habían quedado.

Por días reflexioné en lo que en realidad quería. Quería a alguien en quién confiar, alguien a quién amar y con quién compartir mi vida, pero sobretodo, quería a alguien que no temiera enamorarse de mí, que se diera cuenta de que yo podía ser el amor de su vida, quería ser reconocida como una mujer valiosa y quería ser amada con pasión y devoción. Así como yo era capaz de amar y de entregarme.

Fue entonces que encontré a Mr D. La historia ya la conoce usted, querido lector. Y aunque al principio tuve miedo de que se asustara ante tanta exigencia, preferí eso antes de volver a jugarme el corazón (la dignidad y el amor propio como agregados) por nada a cambio. Tuve la fortuna de que él buscara exactamente lo mismo que yo.

Así es como deberían terminar todas las historias de desamor.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Si el No Hubiera existiera (3)

Ayer fue día festivo aquí por lo que nos lo tomamos de descanso, sorry por hacerlos esperar. Voy a continuar con la tan aplaudida serie de Si El No Hubiera existiera.
Aquí un recordatorio de todos los puntos y los que ya se han tratado:

  1. Si mis padres no se hubieran divorciado.
  2. Si El General no hubiera muerto.
  3. Si no me hubiera conseguido una beca para estudiar la Uni.
  4. Si no hubiera perdido mi primer trabajo en la empresa alemana.
  5. Si Miss E no se hubiera casado.
  6. Si El Innombrable no hubiera terminado conmigo.
  7. Si mi SS abuela no hubiera muerto.

Es el turno del número 3 y éste ha sido fundamental en mi vida porque entrar a la Universidad me hizo tener la certeza que no sería una más del montón, al menos no ante mis propios ojos. Estaba dejando de ser una adolescente insegura, caprichosa, voluntariosa e inexperta en todo, para empezar a forjar lo que es la personalidad que hoy tengo y me hace ser la mujer que soy. Aunque en esta etapa también vinieron los primeros experimentos, y sobretodo los primeros errores. De algunos aprendí a la primera, de otros digamos que necesité más dosis. Llegaron también las primeras desilusiones, los primeros chascos, las primeras traiciones por parte de personas en las que yo confiaba ingenuamente. Primeras veces de muchas cosas que me obligaron a ver La Vida desde una perspectiva adulta.

Pero entrar a la Universidad y por fin estudiar la carrera de mis sueños no fue fácil. Las cosas habían ido mal por diversas razones. En principio, elegí una carrera no que me gustaba o que me llamaba la atención sino la que podía pagar y en la que yo "a según" habría podido armarla. Elegí una Ingeniería. Yo, que me consideraba inteligente y estudiosa supuse que no representaría mayores problemas. Ingenua. Duré sólo un cuatrimestre y de seis materias reprobé cuatro. Y no por floja o por volarme clases, no. Yo ponía atención a mis maestros, tomaba notas lo más precisas posibles, hacía mis tareas, estudiaba, no me ausentaba, llegaba a tiempo, etc. Pero en los exámenes nomás no la hacía. Se me olvidaban las fórmulas, los pasos a seguir, y bueno, no había que ser clarividente para deducir que no iba a aprobar el cuatrimestre por lo que sin decir nada en casa me dí de baja permanente. Yo sabía perfecto que eso no era lo mío, y sabía también lo que en realidad quería. Sabía a dónde quería llegar y que sería difícil.

Otro pero era la parte de la lana. Yo no podía pagarme una escuela privada y tampoco podía darme el lujo de que me rechazaran en la UNAM. No tenía cara para decirle a mi mamá que había fallado en Ingeniería por lo que habría sido trágico también decirle que otro año escolar se había ido por no haber pasado el examen único. Para este entonces yo ya llevaba más de dos años de noviazgo con El Príncipe Azul y fue él quien me instó a buscar una beca en mi antigua escuela (donde estudié hasta la preparatoria). Obvio, primero tendría que inscribirme pero el año escolar ya iba casi a la mitad. Así que entre los dos conseguimos un trabajo y ahorrábamos todo lo que podíamos para que llegando el momento contáramos con la cantidad que cubriría la inscripción al primer semestre de mi ya segunda opción de carrera. Pasaron los meses hasta que septiembre llegó y me inscribí. Teníamos un plan a seguir, uno muy sencillo. Cachar al Rector cuando llegara al campus, interceptarlo en su camino a la oficina y explicarle a grandes rasgos mi situación y mi necesidad.

El Príncipe Azul era el encargado de espiar sus movimientos y fue gracias a él que un buen día perseguimos a El Rector, y pusimos en marcha nuestro sencillo plan. A la semana yo ya tenía mi beca al 100% y un gran peso me fue quitado de los hombros. Hubo momentos que pensé no lo iba a lograr pero afortunadamente la buena suerte estuvo de mi parte y el apoyo de mi entonces novio no me dejó rendirme antes de luchar.

[Eso y que El Rector me conocía de toda la vida porque yo cursé todos mis estudios en la misma escuela. Por lo tanto El Rector ubicaba perfecto mi carita y aunque no recordaba mi nombre, se acordaba de mí debido a cuadros de honor , escoltas y esas cosas que los maestros nos hacen hacer a los niños ñoños]

Irónicamente, el haber alcanzado la meta de la beca, alejó a El Príncipe de mi lado. Yo me sentía sumamente comprometida a sacar buenas calificaciones, a cumplir con todos mis deberes, a asistir a todas mis clases, etc. Esto ocasionó entonces que "el amor" se fuera al caño. Después de desayunar, comer y cenar juntos, de ir a todos lados juntos, de pasar fines de semana enteros prácticamente sin despegarnos el uno del otro a tener cada uno diversas actividades y objetivos, hicieron -primero- que él se quejara de que yo ya no le dedicaba tiempo y segundo, que se consiguiera a alguien que sí pudiera cumplir con el rol de sombra.

La historia de amor terminó y me ocasionó un año de visitas al psicólogo (duelo, le llaman) y posteriores deseos de venganza hacia cualquier víctima que tuviera la iniciativa de invitarme a salir (ups!).

Pero, si No hubiera conseguido mi beca para estudiar la universidad seguro mi vida habría sido más o menos así:

El Príncipe Azul y yo nos habríamos vuelto una pareja de parásitos que se la habrían pasado viendo pelis en su casa, haciéndole el mandado a su mamá y teniendo como única actividad el ir a entrenar Tae Kwon Do. Después de unos meses, Mi Madre Chula me habría obligado a conseguir un trabajo por lo que yo habría tenido que despegarme de mi siamés al menos de lunes a viernes y en horarios de oficina. Él, celoso como era, seguro habría ido por mí a la salida del trabajo e ido a dejar a mi casa todos los días. Habría seguido llamándome a las 10 de la noche, asegurándose que yo estaba ya a punto de irme a dormir y con el pretexto de sacar a la perra a pasear, por las noches él habría conocido a la chica que sí disponía de tiempo y me habría pintado el cuerno por varios meses antes de que yo me diera cuenta.

Habríamos durado tal vez un año más o tal vez más. No habría planes de boda por la ausencia de lana pero en una de esas habría salido embarazada por lo que la responsabilidad nos habría llegado de una buena vez. Yo me habría mudado a vivir a su casa, con su mamá y sus dos hermanas y me sentiría sumamente incómoda siendo testigo de pleitos y berrinches. Luego, él habría tenido que conseguir un trabajo pero no habría sido uno lo suficientemente bueno como para mudarnos a un depa para nosotros solos por lo que seguramente su papá nos habría echado la mano.

Con el bebé ya en este mundo la convivencia habría sido aún más pesada, y aunque él seguro habría sido un padre responsable y amoroso, el amor hacia mí se habría ido disipando con el tiempo. Él se habría convertido en uno de esos que adoran las chelas banqueteras (al no haber para ir a un antro) y yo en una ama de casa agobiada entre biberones y pañales. No tendría amigas, salvo alguna vecina y ésta se encargaría de insinuarme que El Príncipe Azul se había convertido en sapo desde antes de que yo diera a luz.

Si yo no hubiera entrado a la universidad, mi relación con él no habría terminado, yo no habría necesitado los servicios de un psicólogo, no habría conocido a Miss E y no le habría hecho la vida de cuadritos a algunos valientes que se me acercaron con afán de consolar a mi corazón herido. Tampoco me habría vuelto una antrera de primera categoría, no habría conocido a Mi Gordiú ni habría tenido que vender con ella gelatinas de puerta en puerta. Tampoco habría redescubierto mi gusto por escribir, por bailar y por echar desmadre. Me habría perdido la oportunidad de darme de topes por confianzuda (característica que EPA siempre me echaba en cara) y mi visión del mundo no se habría ampliado por tantas clases de filosofía. No habría llegado el momento en que Mi Sis y yo pasáramos tiempo solas y juntas, y nuestra relación de hermanas seguiría siendo tan mala como la que teníamos cuando niñas. Nunca habría tenido que elegir entre el amor propio y el amor por alguien más, entre mi yo interno y el yo que el otro quería ver en mí. No me habría enterado de que el verdadero Amor De Mi Vida no era ese que tuve a los 17 años sino el que encontraría casi 3 lustros después.

Así que si hacemos cuentas, entrar a la Universidad fue de las mejores cosas que me pudieron haber pasado.



lunes, 9 de noviembre de 2009

Si el No Hubiera existiera (4)

ATENCIÓN!
Recuerde usted, que La D se reserva el derecho de cambiar el orden numérico de los posts a como se le da la gana. Advertido está, Querido Lector.




A veces, maldecimos por las cosas negativas que nos ocurren. Sobretodo cuando no hay manera de verlas venir, de preveer, de adivinar. Esas cosas son las que nos sacan de balance, las que nos acorralan, las que más duelen. Sobretodo si no está en nuestras manos remediarlas o detenerlas. Una de esas cosas que me partió la madre justo cuando mi vida estaba empezando a encaminarse fue haber perdido mi primer trabajo en Esa Empresa Alemana.

El empleo llegó justo cuando yo había terminado mi carrera en la universidad. No lo busqué yo. Él me encontró a mí y me ofreció todo lo que cualquier recién egresado en mi lugar habría deseado. Todo excepto un buen sueldo, aunque tampoco estaba tan mal como otros que ya había visto. Tenía prestaciones superiores a las de ley -y eso en México es raro, y aunque me quedaba lejos de la casa materna, era un rumbo que yo conocía.

Así que no lo dudé, acepté y empecé a trabajar en una oficina linda, rodeada de gente linda y con un horario lindo, aunque el trabajo en sí -después me dí cuenta-no lo era tanto. Miss E para ese entonces ya tenía un buen trabajo y un sueldo mejor que el mío, y entonces surgió la idea de independizarnos y compartir depa. Creo que ha sido lo más emocionante que he emprendido a su lado. Con ella yo habría ido al otro lado del mundo (un momento! sí fui!) sin dudarlo y sin chistar; y un depa era tan sólo el principio.

El depa se encontraba justo en el punto medio de nuestros respectivos lugares de trabajo. Así que ni teníamos que desmañanarnos para llegar temprano, ni la zona representaba mayores dificultades debido al tráfico. Era bastante tranquilo, céntrico y bien comunicado. Lo compartíamos con una tercera chica por lo que Miss E y yo teníamos que arreglárnoslas en una de las dos recámaras y obvio, compartir las áreas comunes como la sala, la cocina y el baño. No estaba nada mal ya que Pilar, nuestra roommate, casi nunca estaba y nunca hacía desmadres. Salvo su gatita que todo llenaba de pelos, no había mayores quejas.

Así, Miss E y yo nos acoplamos a nuestra nueva rutina. Trabajar como locas de lunes a viernes, ir cada quincena al super a comprar comida y cosas para limpiar la jaula y demás; viernes en la noche irnos de reven a El Antro -siempre al mismo lugar y con la misma gente- sábado dormir hasta pasado el medio día, limpiar lo limpiable si así lo requería la ocasión y lanzarnos a visitar a nuestras respectivas madres. El domingo por la tarde casi noche nos regresábamos a nuestro cubil para empezar de nuevo al día siguiente. Así todo funcionó por 6 lindos y agradables meses.

Ese trabajo en Esa Empresa Alemana, representó para mí la oportunidad de vivir una vida sin mayores preocupaciones que la de estirar el sueldo para pagar renta, luz y teléfono. Me alcanzaba perfecto para los reventones de cada viernes e incluso para las escapadas a Acapulco algún fin de semana. Yo sentía que La Vida a mis recién cumplidos 24 años, no podía ser mejor. Soltera, sin compromisos, sin perro que me ladrara o me hiciera la vida de cuadritos, sin nadie a quién tener que darle cuentas de porqué salía o porqué llegaba a tales horas, o porqué me iba o porqué regresaba. Aquellos tiempos fueron fenomenales y todo iba bien porque aunque éramos desmadrosas, siempre fuimos muy responsables y respetuosas una con la otra. Nunca tuvimos un problema -excepto la vez que olvidó que a mí no me gusta el jamón de pavo, y cuando yo ponía la misma canción una y otra vez.

Hasta que un día, un bendito día que se supone nos iríamos a celebrar el Año Nuevo a El Antro, resultó que me dieron las gracias en Esa Empresa Alemana. Así de azules los tuvieron. Sin decir agua va, sin una señal, sin nada, me dijeron "gracias por participar". Me dieron mi último cheque, junto con lo proporcional de las vacaciones y ya. Bye. Lo peor o mejor de todo, aún no lo sé, fue que ni siquiera la persona que me contrató fue la que me despidió. Ah, no! Pues para qué si para esos tragos amargos siempre hay alguien más. Además yo ni siquiera pertenecía a la compañía sino que mi contrato era vía terceros, así que quién se iba a molestar en tener una cortesía al menos con la Niñita a la que contratamos nomásparacerrarelaño y porque pues fue la primera que dijo que sí al sueldito que ofrecían sin decir pío. Al contrario, si le hicieron un favor al contratarla sin experiencia.

De un día para otro me encontré con un panorama que pintaba desesperante. Si hacía cuentas me alcanzaba para pagar la renta de ese mes junto con los gastos pero na-da-más. Adiós celebración de año nuevo, adiós planes para el siguiente puente, adiós regalitos y demás. Adiós vida de soltera recién egresada que se revienta cada viernes y que ve sólo el lado bonito de la vida. Adiós depa en zona céntrica y adiós Miss E. Y yo no quería decirle adiós a nada de esto. Ni a El Antro, ni a mis nuevos zapatos, ni a mi depa con Miss E, ni a mis acapulcazos ni a nada. Lo de menos habría sido regresarme a casa de Mi Madre Chula pero si yo hacía eso, Miss E no habría podido con el depa ella sola y habría tenido que dejarlo y regresarse con su mamá y entonces habría tenido que dormir tres horas por noche para llegar a tiempo al trabajo en las mañanas y gastarse su sueldo en taxis porque siempre salía ya entrada la media noche y... bueno, un sin fin de cosas más que ninguna de las dos estábamos dispuestas a hacer.

Si yo no Hubiera perdido ese trabajo en Esa Empresa Alemana las cosas habrían sido más o menos así:

Miss E habría seguido trabajando en Esa Casa Productora donde sin lugar a dudas, se habría abierto camino como Productora Herself. Su jefa le habría delegado tantas responsabilidades que al cabo de otro año, Miss E habría sido la que dirigiera la Orquesta. Agregando a su haber tanto programas de televisión, comerciales y películas de renombre como "Cansada de Besar Sapos" y "Ladies' Night". Habría tenido que asistir a cientos de eventos, cenas de gala, estrenos, alfombras rojas, desfiles de moda y un largo etc donde se habría codeado con la crema y nata de la farándula mexicana. Incluso, se habría hecho amiguis de Fabiruchis y habría fungido como testigo estrella en su sonado caso de madrinas a deshoras por chichifos. Su rostro, ya aparecería en finísimas publicaciones como TvNotas, tendría más seguidores en twitter que Juan Osorio y El Güero Castro juntos, y el rating de sus programas serían la envidia de Hoy y Viva La Alegría.

Yo, en cambio, habría seguido haciendo el mismo trabajo por lo menos un año más. No habría encontrado mayor satisfacción más que la de ver a mis clientes contentos y a mis jefes conformes con mi desempeño. Obviamente, en un año no habría alcanzado a ser considerada para entrar a la Nómina por lo que de de un aumento de sueldo ni hablamos. Mi Vida maravillosa se habría vuelto monótona y solitaria ya que al tener Miss E tantas actividades y con gente tan nice e importante, yo habría pasado a segundo plano en su vida. Los viernes habrían dejado de ser tan divertidos y los acapulcazos se habrían extinguido. Nuestra amistad se habría fracturado debido a los tan opuestos intereses y responsabilidades de ambas.

El éxito de Miss E la habría obligado a buscar un depa más grande, más lindo y en una zona más nice por lo que yo no habría podido seguirle el paso. Al principio ella se habría encargado de la mayoría de los gastos pero a la larga, eso le saldría pesando por lo que yo habría tenido que regresar a casa de Mi Madre Chula, con una maleta extra de zapatos y ropa, pero con una amiga menos. El trabajo en Esa Empresa Alemana habría terminado carcomiendo lo mejor de Mi Vida y desperdiciando mi valiosísimo tiempo en algo que no habría rendido frutos. Ninguno, salvo la de conocer a Mi Mejor Amigo ever. Al único que me queda y al que a pesar del paso del tiempo y de las distancias sigo teniendo en altísima estima -y lo mejor es que es recíproco.


Si No Hubiera perdido mi primer trabajo en esa Empresa Alemana cuando ellos decidieron despedirme, habría sido yo la que cansada de la monotonía y de las pocas opciones de crecimiento, los habría dejado a ellos aunque de una manera más cortés y con tal vez, un poquito de culpa, ya que Miss E me habría extrañado enormemente después de un par de meses y me habría propuesto que fuera su asistente en la casa productora. Y en consecuencia me habría vuelto parte de ese círculo tan cerrado que es el de Los Productores de Televisión Nice. Con el cuerpo de lombriz que en ese entonces tenía la habría armado perfecto para hacerme pasar como hermana pequeña de alguna modelo en crisis (como la Carmen Campuzano, por ejemplo) y al cabo de otro año, Miss E y yo seríamos la pareja más temida y envidiada del medio "artístico" mexicano. Yo, habría encontrado la manera de aparecer en algún noticiero dando el clima y mostrando mis talentos a los millones de mexicanos que ven noticias de madrugada. Con un poco de más suerte, habría terminado dando la sección de deportes en el mismo noticiario -producido por Miss E, obvio- y me habría ligado a un futbolista famosón. [Con Cuauh ni chance habría tenido porque a él le gustan voluptuosas y yo pues habría tenido que operarme primero y dejarme las lolas (mínimo) talla Montijo para llamar su atención.]

A estas alturas, tal vez ya sería yo la madre de un hijo ilegítimo de algún famoso deportista mexicano (de nacimiento o naturalizado, da igual), aparecería en TvNotas hablando de su falta de hombría para hacerse responsable del chilpayate en cuestión y le rezaría a la Virgen de Guadalupe (las fotos también aparecerían en portadas de revista o sino qué chiste) para que me hiciera el milagrito de que alguno de los ex-colegas productores me dieran chamba aunque sea en un papel secundario. Mis escándalos habrían afectado la imagen de Miss E por lo que ella se habría retirado a vivir en Miami desde hace algunos años ya, con su marido gringo que conoció una vez que filmamos un programa piloto en esas playas. Una amistad más se habría ido al bote de basura gracias al dinero y la fama mal manejados.

Así que viéndolo bien, haber perdido mi primer empleo en Esa Empresa Alemana no fue ninguna desgracia. Me hicieron un gran favor.




viernes, 6 de noviembre de 2009

Si el No Hubiera existiera (1)

Aquí vamos con el número 1. Invertí su orden con el 2 porque este punto (o sea, el 1) es el más importante de todos y necesitaba más tiempo para meditar acerca de él. Por la misma razón es que no fue publicado ayer como yo lo tenía previsto. Pero ahí les va.

El matrimonio entre El Picudo y Mi Madre Chula fue una especie de cuento de hadas alrevés desde el principio. No lo voy a explicar ahora porque merece todo un post aparte para él solito. Así que tendrán que confiar en mi buen juicio (qué es eso?) y creer todo lo que les digo. O nada, que para fines prácticos es lo mismo. Así que basta decir que a 10 años de matrimonio y dos hijas, su relación estaba bastante dañada. Se querían mucho, de eso no hay duda. Sin embargo, la relación era ya insostenible. El Picudo era celoso en extremo, dominante y controlador -además de manipulador, chantajista y tranza si la ocasión se presentaba. Pudo haber sido un excelente diputado si tan sólo se hubiera animado a entrar en la política. Pero a él nunca le interesó eso. Mi Madre Chula en cambio, había pasado de ser una jovencita pseudo-rebelde pero ingénua, crédula y temerosa de Dios y de mi SS Abuela a una ama de casa sumisa pero observadora, sagaz y sobretodo harta de la subyugante personalidad de mi padre.

Así que el día en que El Picudo le llenó el buche de piedritas a Mi Madre Chula tardó en llegar, pero una vez ahí hizo notar su presencia hasta que la bomba explotó, y las tres agarramos nuestras cositas y nos dirigimos a la casa de los abuelos a buscar refugio. Dejando a un Picudo inconsolable, lleno de lágrimas y de promesas, que todas sabíamos no iba a cumplir.

Todo en la casa de la colonia para gente bonita y nice era felicidad hasta que el dinero empezó a escasear y Mi Madre Chula tuvo que empezar a trabajar. No tenía un gramo de experiencia ya que se casó muy jovencita y pasó prácticamente de ser estudiante a ser ama de casa por lo que el trabajo en cuestión no era precisamente el mejor pagado. Aún así, ella se las ingeniaba para solventar todos los gastos. El contacto con El Picudo se limitó solamente a los días en que teníamos vacaciones ya que después de la separación, él se regresó a El Pueblito Papanteco a empezar de cero, mientras que Mi Sis y yo seguíamos en la ciudad con nuestros estudios.

El Picudo, no decepcionando a lo bien aprendido en años y años de educación machista y de años de experiencia como chofer de trailer y demás transporte de carga pesada, se negó rotundamente a colaborar económicamente en nuestra manutención ya que afirmaba que si Mi Madre Chula "se había creído tan chingona al dejarlo", pues ahora tenía que demostrar lo chingona que era al mantenernos ella sola (ah! el amor de padre es infinito). Y bajo esta premisa fue que sólo en contadas ocasiones nos daba dinero y poco. (Lo siento padre, pero de que te duele el codo, te duele). Como era de esperarse, mi Madre estallaba en cólera primero y después en sollozos, pero creo que fue esto lo que le picó el orgullo y la hizo no desistir y seguir luchando. Tal vez fue sólo el instinto materno y el apoyo que La Familia y sobretodo mi SS Abuela le prodigaban.

En cuanto a nosotras sucedieron varias cosas. Yo me llené de resentimiento por años hacia mi padre. No me gustaba ir a verlo y mucho menos tener que pedirle dinero. Durante las visitas tenía que soportar regaños, reproches y exigencias que no me correspondían y que aunque hubiera querido no sabía responder. Durante años esas visitas sólo me hacían llorar, quedarme callada en un rincón y tratar de hacer oídos sordos a todo lo que El Picudo vociferaba por horas si no había nadie que lo interrumpiera. Un día, cuando yo tenía 15 años él me llenó el buche de piedritas a mí y la segunda bomba explotó. Le dije cosas horribles, cosas que sentía en ese momento, cosas que yo llevaba guardadas por 6 años, cosas que no le había dicho a nadie, nunca antes, cosas que una hija no debería decirle nunca a su padre. El resultado fue que nos dejamos de hablar un año.

Después de esta pelea mi Madre Chula intercedió por él. Ya saben, esas cosas que nos inculcó mi SS Abuela. La Familia es primero, tu padre nunca dejará de ser tu padre, gracias a él estás en este mundo, no deberías de portarte así con tu padre, es su cumpleaños, ve a felicitarlo. En cuanto llegué se puso a agredirme por lo que me di la media vuelta y pasó otro año entero antes de que volviéramos a dirigirnos la palabra. "De tal palo tal astilla", o al menos eso decían.

Para Mi Sis, sin embargo, la historia fue muy diferente. Y es que El Picudo con ella era diferente. Ella era la consentida, la chiquita, "su negro"*. Ella podía hacer y deshacer sin que él objetara ni una sola palabra. [Aunque mi padre siempre ha sido de pocas palabras; él necesitaba sólo una mirada para dejarte inmóvil o para detenerte de tus intenciones de hacer algo descabellado. La mirada de El Picudo nos dominaba sin necesidad siquiera de abrir la boca o de hacer alguna seña (qué tiempos aquéllos!).] Así que el cambio a casa de mi SS Abuela y El General no le sentó nada bien. Ahí ella se volvió una niña solitaria, como yo lo había sido a su edad. La diferencia era que yo me sentía como pez en el agua en esa casa, yo era la reina ahí, la que sabía todos los escondites y la que hacía lo que quería sin que nadie me regañara. Mi sis en esa casa de la colonia para gente bonita y nice, se sentía totalmente abandonada. La única niña entre adultos, sin mi Madre Chula a lado, con reglas nuevas que obedecer y con una hermana mayor que vivía en su propio mundo y que nunca le hizo extensiva la invitación. Mi sis se volvió una niña huraña, reservada y enojada con el mundo. Y a la larga, yo me volví igual. No podíamos convivir en paz como hermanas. Y esos pleitos y esos rencores nos acompañaron toda nuestra adolescencia hasta que nos convertimos en jóvenes adultas (pero ese también es tema de otro post).

Sin embargo, debido a esta separación fue que aprendimos a ser responsables de nosotras mismas, a tener bien claras nuestras prioridades, a ser niñas de bien, a no dar lata innecesariamente, a ser luchonas. Aprendimos que nada es gratis y que si quieres algo hay que trabajar para conseguirlo, que en esta vida nada es fácil ni regalado y también que cada uno de nuestros actos tiene consecuencias y que nadie va a pagar nuestros errores por nosotros. Aprendimos tantas cosas a tan temprana edad que siempre decían nuestros maestros que éramos 'niñas muy maduras' para nuestra edad. Yo nunca entendí si eso era bueno o malo, hasta tiempo después.

Si mis padres No se Hubieran divorciado nuestra historia sería más o menos así: Yo habría seguido siendo una niña estudiosa, pero callada, obediente y sumisa. Habría aprendido a cocinar desde muy chica (y no una vez casada), atendería las labores del hogar sin chistar y sin rezongar. Mi Madre Chula habría tenido que vivir bajo la sombra de El Picudo para conservar el bienestar y la comodidad de una vida en santo matrimonio. Mi Sis habría sido la niña consentida y malcriada que "le daba la vuelta" a mi padre por lo que los permisos para irse "a estudiar con sus amigas" no le habrían sido negados ni mucho menos sujetados a supervisión. Conmigo, seguro la historia no habría sido tan benévola.

Mi Sis se habría vuelto de una personalidad totalmente distinta, extrovertida y voluntariosa y el apoyo de El Picudo la habría instado a convertirse en modelo, edecán o actriz de televisa -o las tres cosas al mismo tiempo. A sus 18 años ya tendría un portafolio profesional repartido en todas las casas productoras, agencias de publicidad, casas editoriales y demás que la habrían hecho saltar a la fama antes que a Belinda. Obviamente, todo esto bajo el ojo vigilante -pero no desaprobador -de El Picudo.

Yo, por otro lado, me habría volcado en la búsqueda de un marido que me sacara de la casa paterna lo más pronto posible. Pero, con tan mala suerte, que me habría encontrado a un sombrerudo en El Pueblito Papanteco, de esos con unas cuantas hectáreas de naranjales y limonares y unas cuantas decenas de cabezas de ganado. De no malos bigotes eso sí, con piel tostada por el sol y ojos negros y profundos, de esos que andan a caballo, con botas vaqueras y jeans, con manos ásperas de andar en los potreros supervisando a los peones y arreando animales. De esos que cuando entran a tu casa dejan el piso polvoso y escurren sudor al servirse un vaso con agua. De esos que hablan cantadito y te guiñan el ojo cuando dicen algo gracioso. Alguien que luciera más o menos así:


Perdida, perdida, no andaría.


Sin lugar a dudas, a estas alturas, ya tendría por lo menos tres hijos que serían la imagen misma de su abuelo, de los Díaz. De ojos oscuros y cejas pobladas, pestañas chinas y mirada coqueta; con sonrisa de acero porque seguramente habrían heredado también los dientes desalineados. Serían el mismísimo diablo en persona, pero en el fondo serían buenos niños. Yo tendría que andar haciendo oídos sordos a los chismes de pueblo que involucraran a mi marido y las hijas jóvenes de mis vecinos. Pero todo me sería recompensado al ver a mis tres querubines trepándose a los árboles o andando a caballo, o haciendo suertes con la cuerda. No tendría que usar computadoras salvo para lo referente al rancho, y para eso tendría un capataz o un administrador que se hiciera cargo.


Mis hijos se verían más o menos así nomás que más morenitos.

De hecho, no tendría tiempo ni interés de andar haciéndole a esas cosas del internet y mucho menos de andar escribiendo un blog.



*Por alguna extraña razón, El Picudo siempre pensó que Mi Sis sería su tan ansiado hijo varón por lo que desde la panza le llamaba "mi negro". Sorpresa! aunque el apodo nunca se lo quitó.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Si el No Hubiera existiera (2)

El General era un hombre hecho por sí mismo. De origen humilde pero muy trabajador. Con tres mujeres en su haber y la última siendo mi SS Abuela a quien le llevaba muchos años por lo que cuando yo nací El General ya arañaba los ochentas (aunque en todavía muy buena salud para su edad). Recuerdo muchas cosas pero son todas vagas, como sueños muchas de ellas. Recuerdo que le encantaba el chocolate y los pastelitos de El Globo, los muéganos, los dulces mexicanos, la buena comida y la buena bebida. Decía que eso era lo único que se iba a llevar cuando muriera. Recuerdo a mi abuela discutiendo con él en innumerables ocasiones ya que él era diabético y aunque ella se esforzaba en cuidarle la dieta, El General siempre se las ingeniaba para comer lo que no debía al primer descuido de ella: "Eres necio, Cristóbal! Necio! Necio! ay, Dios mío! Qué estaré pagando?!*"

El General sólo se reía o la tiraba de a loca y mi SS Abuela hacía tremendos corajes, pero al final, creo que eran una pareja feliz. Ella vivía para él y por él y le dedicaba total devoción y en todo lo secundaba. En todo, excepto en lo que a mí concernía: "la estás maleducando","le estás dando un mal ejemplo a la niña", "le va a hacer daño comer tantos dulces", "no deberías consentirla tanto". Pero ella me cuidaba y me adoraba tanto como él y yo fui una niña sumamente feliz. Él era mi sol y mi refugio y junto a él nada malo podía pasarme. Era mi superhéroe. Hasta que un día me dí cuenta de que él ya estaba muy viejito. Empezó a perder la vista por la diabetes, los dientes, la memoria, el oído... empezó a depender de mi SS abuela para las cosas básicas como comer o ir al baño. Su cuerpo se fue deteriorando rápidamente, frente a mis ojos, y yo no lo supe ver entonces con mis ojos infantiles.

Mi abuelo se volvió silencioso. Un cuerpo sentado en un sillón que pocas veces hablaba. A veces sólo gritaba cuando algo le daba miedo. Escuchaba ruidos y pensaba que yo me había caído. A veces yo lo hacía a propósito para verlo reaccionar, para saber que él seguía ahí dentro. Escuchándome. Pero llegó el día en que ya no reaccionó más, en que ya no me reconocía, ya no me veía. Y un buen día se quedó dormido y ya no despertó.

Si mi abuelo no hubiera muerto habrían pasado dos cosas significantes. La primera es que no hubiéramos perdido la casa en la colonia donde vivía pura gente bonita y nice. Por lo tanto, no habríamos perdido parte de nuestra identidad, de nuestro patrimonio y de nuestra dignidad en el proceso. Y la segunda es que mi SS Abuela no habría empezado a decaer ni anímica ni físicamente y mi madre no habría tenido que empezar a trabajar por falta de lana. El dinero se habría quedado con El General y por lo tanto con nosotros. El General se habría hecho cargo del negocio o al menos, lo habría dejado en buenas manos. Mi hermana y yo habríamos seguido siendo las princesas del castillo y seguramente habríamos asistido a escuelas del rumbo, rodeadas de gente bonita y nice. El Gordis tarde o temprano habría sido administrador del negocio, después de terminar la carrera correspondiente obligado por mi SS abuela, obvio. Habría dejado de ser un junior huevón y tira-rostro para convertirse en El Heredero. Seguro nos habríamos tenido que rifar muchos tiros más con las hijas legítímas de El general, pero seguro también bajo su ala habríamos ganado la batalla.

Actualmente, yo estaría casada con un alto ejecutivo de alguna empresa trasnacional, al que habría conocido en alguna de tantas cenas con gente bonita y nice, obvio, organizadas por mi SS abuela y las demás Damas de la Caridad de la Santísima Virgen del Carmen, y apoyada -un poco a regañadientes- por mi Madre Chula que seguiría teniendo ese carácter explosivo e indomable que la caracterizaba hace 20 años. Yo seguramente, ya tendría por lo menos dos hijos adorables, que asistirían a puras escuelas de gente bonita y nice. Yo no trabajaría, obvio, sería una señora camioneta asistiendo a desayunos, clases de pilates, juntas de padres de familia y esas cosas. Me la pasaría yendo y viniendo entre la escuela de los niños -sí, serían dos varones- mis clases y sus clases de equitación, natación y esgrima (lo que uno tiene que hacer por los hijos).

Si El General No Hubiera muerto, yo no habría asistido a la Universidad que asistí sino a una tipo Tec de Monterrey o UIC o Panamericana o algo así. No habría tenido que lidiar para conseguir una beca, ni trabajar desde los 16, ni habría vivido mi adolescencia en la casa de La Peral, ni habría tenido complejo de flaca sin bubis ni nalgas porque obvio, ser flaca anoréxica me habría abierto las puertas para salir en Quién la revista para la gente bonita y nice; aunque nunca hubiera conocido a Miss E (ouch!**), ni habría conocido a El Innombrable y en consecuencia, tampoco habría conocido a Mr D (doble ouch!). No tendría tiempo para andar en esas cosas de internet, salvo para checar mis inversiones en las Islas Caimán y para revisar los mails que me mandarían de la escuela de los niños... Está bien, también tendría mi facebook y mi grupo de Damas Hijas de las Damas de La Caridad de La Santísima Virgen del Carmen y ahí nos pondríamos de acuerdo para la organización de la siguiente junta y el siguiente evento de beneficiencia, pero nada más.

No tendría necesidad alguna de andar escribiendo este blog.


* A mi SS Abuela le gustaba mucho dramatizar.
*Bueno, no la habría conocido en la uni, pero seguro sí en alguna cena o evento de caridad para gente bonita y nice. Obvio, seríamos amiguis sólo mientras nuestros respectivos maridos fueran socios y no rivales en el Club de Golf.

martes, 3 de noviembre de 2009

de lo que hace el insomnio a estas alturas del partido

Hay cosas sucediendo a mi alrededor, totalmente fuera de mi control que están afectando mis actividades diarias. La primera es que toda esta semana es de vacaciones (no pregunten porqué, no lo sé) así que ningún estudiante está asistiendo a la escuela y eso me incluye a mí y a mi escuela de neerlandés. Luego, la HOB -o sea, la biblioteca pública- estará cerrada hasta por ahí del 5 de diciembre (porqué? porque se están mudando al edificio de enfrente) por lo que no tengo oportunidad de tomar más libros prestados. Los últimos 3 que saqué por ahí del 27 de octubre (el último día para sacar material fue el 31) están en vías de lectura. Sólo queda 1 por leer y apenas es 3 de noviembre. Bravo, D! No se te ocurrió sacar más??? Ash. Pero, tengo la 2da y 3era parte de la Trilogía Millenium esperándome sobre el librero nuevo. Y si me la llevo relax me aguantarán para por lo menos, finales de mes. Ya una semana sin leer no suena mal, no?

Así que por eso decidí dejar a un lado la hueva y volver a escribir diariamente, como hasta antes del verano pasado, para invertir mi tiempo en algo productivo en mi propio idioma. Y como mis talentos los tengo bien claros desde hace mucho y las cosas artísticas no se me dan ni yendo a bailar a Chalma pues... se joden! Sí, ustedes! Porque ahora tendrán que leer lo último que se me ocurrió anoche, en al menos un par de horas/insomnio y que son producto de mis profundísimas reflexiones [chaquetas mentales sería un término más adecuado, indeed] por lo que no podría dormir sino hasta haberlas dejado aquí plasmadas.

Así que ahí les va el menú de la tan esperada serie: Si el No Hubiera existiera. Y como su nombre lo indica -me acordé de algunas lecciones de química, dunno why- se referirán enteramente a situaciones de Mi Vida que sucedieron pero que What If No Hubiera pasado tal o cuál. Me explico? No? Pues se vuelven a joder porque no pienso redundar en el asunto, sino más bien ponerle manos a la obra.

Hay una posibilidad infinita de hechos que pudieron No Haber sucedido y que por lo tanto habrían cambiado el curso de Mi Vida. Aún no sé si para bien o para mal. Lo averiguaremos juntos, I guess. Aquí una lista de los que A según La D son los de más peso en cuanto a hechos consecutivos y en razón de, tienen.

  1. Si mis padres no se hubieran divorciado.
  2. Si El General no hubiera muerto.
  3. Si no me hubiera conseguido una beca para estudiar la Uni.
  4. Si no hubiera perdido mi primer trabajo en la empresa alemana.
  5. Si Miss E no se hubiera casado.
  6. Si El Innombrable no hubiera terminado conmigo.
  7. Si mi SS abuela no hubiera muerto.
Insisto, hay muchísima más tela de dónde cortar ya que estos sucesos son eslabones de una gran cadena, pero estos son los más chonchos, creo yo. Así que mañana empezaré con el primer punto. Cabe mencionar que La D es libre de cambiar el órden de aparición de cada número y de reemplazarlo si así lo considera necesario para fines meramente personales y que a nadie más le incumben. Ok?

Mañana nos leemos y prepárense porque seguramente serán posts largos -y terapéuticos*- pero creo que también La D está en su derecho.


* Si Mole puede porqué yo no?

miércoles, 30 de septiembre de 2009

a la vejez, viruela...


MusicPlaylistRingtones
Music Playlist at MixPod.com



Nací a finales de los setentas (sí, ya no me cuezo al primer hervor) por lo que la música que listé en el reproductor es resultado de las influencias de mi Tío El Gordis, 16 años mayor que yo. Recuerdo que tenía una grabadora donde tocaba casetes de "Rock en tu idioma" y aunque a mí me parecía demasiado estruendosa -yo, niña parchis- con el tiempo me fui aprendiendo el "papa-reo-papa-ru-e-re-ú" de las rolitas. Lo malo es que El Gordis era demasiado fresa, por lo que nunca lo vi usando cortes punks, o chamarras de cuero con estoperoles o pantalones entubados. Él era más de la onda Miami Vice que de la de The Clash.

Por lo tanto, los ochentas para mí pasaron sin mayor relevancia y ahora, ya entrada en mis 30's los recuerdo con gran nostalgia porque a pesar de que no me tocó bailar estas rolas en "las discos" cuando estaban de moda; me habría gustado mucho vestirme y peinarme como ella: