para la "mejor mamá del mundo"

Hoy, mi adorada progenitora cumple 49 años de vida. Gracias a Dios doy. Ella es como un espejo de mí misma, es quién me ha dado toda la fortaleza, apoyo y coscorrones que he necesitado cuando los he necesitado. Ella es la que a pesar de todo y de todos siempre me espera con los brazos abiertos. Creo que nuestra historia juntas ha sido más una novela de idas y regresos que una historia color de rosa. Hemos tenido nuestros momentos y ambas nos hemos sentido alguna vez, abandonadas e incomprendidas por la otra. Pero no son así las historias de amor???

Ella se educó en un internado de monjas y era muy ingenua cuando conoció a mi papá. Cualidad que le valió un matrimonio forzado y a ojos-tientas, sin saber a ciencia cierta a lo que le estaba tirando (pero eso es otro post). Su carácter fuerte daba pálidas señas de su existencia muy de vez en cuándo cuando "El Picudo" le llenaba el buche de piedritas. Pero no fue sino hasta después de 10 años y valiéndole olímpicamente madres el qué dirán, que decidió mandar a volar a su entonces marido y sacar la casta. Fue mamá muy joven , divorciada y con dos hijas cuando aún no cumplía ni los 30. Eso, hace 20 años no era tan común como ahora. En su época, y para el tipo de familia que éramos (tradicional y de buenas costumbres) con mi SS Abuela a la cabeza, fue todo un show, aunque al final María terminó apoyando su decisión (o qué madre no apoya a su retoño al ver tanta determinación?).

Así emprendimos camino las 3 juntitas y muy independientes a la vez, bajo el ojo avisor de mi abuela. Mi hermana y yo sabíamos que nuestra "única obligación era estudiar" y por eso es que no dábamos lata al hacer la tarea, y nunca llamaron a mi madre de la escuela para darle queja alguna de nuestra conducta (exacto, fuimos bien ñoñas), al contrario, siempre recibió felicitaciones y comentarios positivos respecto a nosotras.

Cuando yo llegué a la adolescencia las hormonas y el carácter me cambiaron radicalmente. Fue una etapa bastante sombría para mí donde era Yo vs El Mundo y en este último incluí a mi pobre madre. Cuántas lágrimas y dolores de cabeza le dí en ese entonces. Seguro pensó que estaba pagando algún tipo de karma mala onda conmigo porque no había ley que yo respetara. Y muchas veces se preguntó si mi comportamiento era debido a la ausencia de la figura paterna, y obvio, se culpaba a sí misma como causante de mis desplantes. Pero nada más lejos de la realidad.

Recuerdo que me chocaban sus sermones, y supongo que a ella también le chocaba tener que dármelos. Afortunadamente, la pendejez se cura con la edad (y a punta de madrazos) y rebasando los veinte años de edad volvió el alma a mi cuerpo, o igual y el diablo se me salió al fin, y volvimos a ser capaces de hablar, de reirnos y de convivir. Ahí fue cuando me prometí a mí misma no volver a alejarme de ella jamás. Y con esto no me refiero al espacio físico, sino al emocional. Así que desde entonces la comunicación ha sido estable.

Como en todas las relaciones hemos tenido diferencias y hemos defendido nuestros respectivos punto de vista a uñas y dientes. Eso sí, el carácter de la familia no nos falla. Ahora, nos respetamos y nos queremos como mujeres adultas que somos y ambas nos alegramos con la felicidad de la otra y nos entristecemos con la tristeza también. Creo que a pesar de todo, el resultado de esto ha sido positivo. Hemos aprendido las dos a comprender la opinión de la otra sin juzgarnos ni ofendernos.

Yo nunca he sido de promesas, pero ella tomó como tal que una vez le dije que no la haría abuela antes de los 50, y pues muy a pesar de mi dolor, Dios me ha mantenido en lo dicho. Hoy a sus 49, tiene un hijo más (ella dice que Mr D es el hijo que nunca tuvo) y mucho amor.

Madre: Mi abuela se fue, pero los que quedamos cuidaremos de ti y necesitamos que cuides de nosotros. Que Dios te conceda mucha salud y una larga vida, que de amor estás sobrada.

Te quiero, mamita chula. FELIZ CUMPLEAÑOS!!!!!!