Imaginaba mi dedo recorriendo la línea de tu rostro, mi mano acariciando tu suave cabello. Imaginaba a tu padre sentado junto a mí, admirando cuál perfecto eras. Imaginaba tu aroma y el color de tu piel. Serías rubio o moreno? De ojos azules como tu abuelo paterno u ojos oscuros como los míos? Imaginaba tu llanto avisándome que era hora de la cena, o tus párpados cerrados y tu carita tranquila una vez dormido. Imaginaba también tus pequeños pies y tus diminutas uñas. Tus deditos aferrados a mi pecho cuando te alimentara. Me imaginaba cerrando la cortina de tu cuarto para que la luz no te molestara.
Te imaginaba, hijo mío, te imaginaba...
Te imaginaba, hijo mío, te imaginaba...
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