miércoles, 22 de junio de 2011

no hay santo al que no le llegue su fiesta

Y pues pasó mi cumpleaños sin pena pero con mucha gloria. O bueno, con un desmadre discreto en casa.

Esa semana yo no estaba tan contenta como debí haberlo estado por la sencilla razón que Mr D se había rehusado firmemente a tener invitados a cenar. El depa no es grande y nuestra mesa es si acaso para 6 personas. Claro, como buena mexiCAN yo pensaba que eso era lo de menos (si somos capaces de meter a 13 personas en un vocho, que no quepan en un depa!) pero claro, él con su pensamiento europeo de notenemosespacioparainvitaratantaspersonasacenar me quitó la ilusión de celebrar mi cumple bien rápido.
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Así que hice el berrinche correspondiente y dije "posoranoquieronimadres!!" Así, literal. Y estuve con cara toda la semana. El viernes 10 me fui a trabajar sin sospechar que mi domador y la prima yoyalosabíatodoperonotepodíadecir ya habían echado a andar un plan maquiavélico.

Cuando regresé a casa la actitud sospechosista ya estaba a un grado digamos, evidente. Pero claro, yo no podía estar segura de nada. Me llevé a mi Guustje al parque a pesar del aguacero que se soltó y ya había quedado de irme a echar unos drinks a festejarme a como diera lugar con o sin la compañía de Mr D (ahuevo!). Sin embargo, algo que me descorazonó en el momento fue que mi amiga y consuegra a la que no voy a nombrar pero que ya sabe quién es me salió con que no podía alcanzarme a echar el drink porqueachuchitalabolsearon.


Tons, muy resignadamente me fui con mi gordito y la prima todoestasaliendomejordeloplaneado a echarnos ese drink para curar la desilusión. El clima no ayudó para nada pero afortunadamente, el puesto del mercadito en cuestión se puso las pilas y pusieron una lonita para resguardar a los bebedores que a pesar del mal tiempo, llegamos fieles a la cita como cada viernes.

Allá nos alcanzaron: mi querida paisana y vecina con su hermosa niña (un saludo-do-do a la gente bonita que vive a lado de la panadería) y mis queridos Fred & Manu con el alegre Zeb que venía saliendo del veterinario y no andaba del mejor humor, pero bueno.


Como a la hora y media, mi cel empezó a sonar y yo dije "y 'ora?" Era Mr D (el que jamás me llama al celular ni aunque sea emergencia) que quería saber como a qué hora iba a regresar a la casa. Ahí debí haber sospechado algo pero la neta, ya iba en la segunda ronda del vino tinto y no estaba como para analizar las cosas. Le dije que nomás me acababa el medio litro que acababa de pedir y me iba (jajaja!).

Al final fue el clima el que nos hizo abandonar el mercadito y me fui a la casa muy resignadamente y cuando voy llegando...

Efectivamente, había una reunión sorpresa.

Awww!! Mr D me sorprendió y yo fui muy, muy feliz. Festejé, me reí, recibí llamadas y miles de felicitaciones en Fb (BTW mil gracias de nuevo) y me la pasé de lo lindo.

Me gusta eso de cumplir años.

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