Con mis clases de neerlandés he tenido que recurrir al archivo y recordar cómo era yo cuando era niña. Mis primeros años de kinder y mi relación con mi familia. Hace tanto que no me ponía a pensar en eso. Y es que al parecer cuando "crecemos" se nos van olvidando pequeñas cosas que nos hacían felices.
Por ejemplo, cuando era muy pequeña y vivía con mis abuelos, el momento más feliz del día era cuando El General llegaba de trabajar con litros de Helado de Fresa y Chocolate. También me encantaba pasar las tardes en el jardín meciéndome en los columpios. Me gustaba cuando íbamos a comer a "Prendes" y me hacían una porción especial de espagueti con el objetivo de que esta vez sí dejara limpio el plato. Creo que nunca sucedió porque prefería acabarme las fresas con crema que yo sabía me traerían de postre. Disfrutaba vivir en esa casa donde yo podía poner el árbol de navidad desde el 1 de noviembre, no importándome que ya no hubiera espacio para la Ofrenda de Día de Muertos y que mi SS abuela dijera que se me había zafado un tornillo. El General siempre me respaldaba y me daba su visto bueno. Él era simplemente genial.
Esto fue una desventaja cuando entré al Kinder y me dí cuenta de que El Mundo no podía obedecerme y de que la maestra no se encontraba ahí para complacerme. Creo que ese fue mi primer trauma pero con el tiempo aprendí a obtener lo que yo quería utilizando métodos alternos como la manipulación, la persuasión o la intimidación. Claro, que entonces yo empezaba a dejar de ser una niña. No se puede todo al mismo tiempo. La experiencia y el aprendizaje tienen un precio alto, y es el olvidarnos de nuestra niñez. Es dejar a un lado la simplicidad del mundo y empezar a preocuparnos por lo que hay detrás de él.
Pero al menos recordar esos pequeños detalles, ayer me hicieron muy feliz. Aunque El General me haya dejado hace ya mucho tiempo y aunque mi SS abuela se me adelantara meses antes de mi boda. Lo importante es que siguen en mi corazón y en mi memoria.
Creo que hoy estoy sentimental.
Por ejemplo, cuando era muy pequeña y vivía con mis abuelos, el momento más feliz del día era cuando El General llegaba de trabajar con litros de Helado de Fresa y Chocolate. También me encantaba pasar las tardes en el jardín meciéndome en los columpios. Me gustaba cuando íbamos a comer a "Prendes" y me hacían una porción especial de espagueti con el objetivo de que esta vez sí dejara limpio el plato. Creo que nunca sucedió porque prefería acabarme las fresas con crema que yo sabía me traerían de postre. Disfrutaba vivir en esa casa donde yo podía poner el árbol de navidad desde el 1 de noviembre, no importándome que ya no hubiera espacio para la Ofrenda de Día de Muertos y que mi SS abuela dijera que se me había zafado un tornillo. El General siempre me respaldaba y me daba su visto bueno. Él era simplemente genial.
Esto fue una desventaja cuando entré al Kinder y me dí cuenta de que El Mundo no podía obedecerme y de que la maestra no se encontraba ahí para complacerme. Creo que ese fue mi primer trauma pero con el tiempo aprendí a obtener lo que yo quería utilizando métodos alternos como la manipulación, la persuasión o la intimidación. Claro, que entonces yo empezaba a dejar de ser una niña. No se puede todo al mismo tiempo. La experiencia y el aprendizaje tienen un precio alto, y es el olvidarnos de nuestra niñez. Es dejar a un lado la simplicidad del mundo y empezar a preocuparnos por lo que hay detrás de él.
Pero al menos recordar esos pequeños detalles, ayer me hicieron muy feliz. Aunque El General me haya dejado hace ya mucho tiempo y aunque mi SS abuela se me adelantara meses antes de mi boda. Lo importante es que siguen en mi corazón y en mi memoria.
Creo que hoy estoy sentimental.
2 comentarios:
yo obtenia lo que queria con manipulacion e intimidacion tambien jajaja aunque no recuerdo muchas cosas de mi niñez por que creo que las tengo bloqueadas por episodios no tan gratos si recuerdo a mi abuelito postizo con gran amor aunque yo no pude disfrutarlo tantos años como mis demas primos, bien dicen que recordar es volver a vivir.
Saludos D
Tiempos en definitiva sencillos, llenos de otros colores, sabores y olores, la infancia es otra vida.
Suenan bonitas las historia de tus abuelos, ellos seguramente andan pensando en ti.
Besos.
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