miércoles, 17 de diciembre de 2008

Guanajuato, Gto, México.

El 3 de octubre de 2007, llegó a tierras aztecas por tercera vez un extranjero güerito, flaquito, pelón, con hermosa sonrisa y alma dulce que iba decidido a iniciar una vida junto a una morena, flaca (used-to-be), de cabello oscuro y sonrisa colgate. O sea, Mr D y yo merengues. Él pidió una licencia de tres meses en su chamba para irse a probar suerte conmigo a La Ciudad de los Imecas. Como vi que esto iba en serio, renuncié a mi trabajo y los últimos dos meses del año pasado nos la pasamos recorriendo el bello país que es México y que yo como muchos paisanos, no conocía.

Nuestra primera parada fue Guanajuato, que yo ansiaba locamente conocer debido a todas las maravillas que algunos amigos me habían platicado: las callejoneadas, El Callejón del Beso y Las Momias tan famosas [Evité ir durante el Festival Cervantino por aquello de tanto escuincle poniéndose pedo a todas horas y vomitando en las esquinas]. Es una ciudad muy linda, relativamente cercana al DF y nada cara. Hay muchos hostales y casas de huéspedes. Nosotros tuvimos la suerte de encontrarnos con una señora que nos rentó una habitación con dos camas matrimoniales y baño integrado, con derecho a uso de la cocina, y donde pude incluso lavar mi ropa (a mano, obvio) por 100 varos la noche, por persona. La neta, se me hizo una ganga. Creo que su nombre es Alicia y vende dulces en las mañanas a los chamaquitos que salen al recreo en la Plaza Mexiamora.


El Callejón del Beso



El Teatro Juárez


Vista desde la azotea de la casa de la señora cuyo nombre no recuerdo.


1 comentario:

dianarl dijo...

Es una ciudad preciosa la verdad, yo tuve oportunidad de ir hace algunos ayeres y me gustó mucho, tengo ganas de regresar, ojala y un dia no muy lejano pueda. Linda la historia con Mr D, ahora voy enteniendo mejor todo jeje.
Saludos!