Dicen que en cada pareja hay alguien dominante y otro dominado. A algunos nos gustará llevar el control, y a otros les gustará entregarlo. El caso, es que en cada relación hay alguien que "cede" más seguido que otro. Si el que cede es el hombre, se gana el apodo de "mandilón"; si la que cede es la mujer, entonces el hombre es un "macho". Yo creo que todo depende del contexto y de la situación particular de cada pareja.
Tengo una amiga que tiene un carácter de la chingada, siempre quiere ser ella la que tenga la última palabra y siempre quiere decidir a dónde ir a comer, a qué hora y por cuánto tiempo, por citar un ejemplo. De hecho, desde que íbamos en la universidad, le dejábamos la chamba que tuviera que ver con planeación y logística porque ya sabíamos que si lo hacía alguien más ella pondría un pero. Entonces mejor de una vez que lo haga ella, no?
Un día, me dí cuenta de que estaba llorando. Le pregunté que qué le pasaba y había tenido una discusión con su novio. Su coraje residía en que no había podido contestarle nada. Se había quedado callada toda la discusión. No pudo argumentar nada. Simple. Y me dijo que no era la primera vez. Que no sabía porqué, pero ante él ella se encontraba indefensa, incapaz de contestarle como quería y tragándose sus lagrimitas. Chale, pensé yo. Qué poca de tipo.
Pasó el tiempo, y yo no soy digamos, la chica tierna, condescendiente que a todo dice que sí. Yo soy digamos "mamila". Pero un día, discutiendo con El Innombrable, no pude decirle lo que se merecía. Quería gritarle y decirle que se fuera al diablo con su discusión estúpida, que no me estuviera jodiendo, y que yo no tenía la culpa de lo que había sucedido. Qué hice en lugar de eso? Me callé la boca. Y al no poder hablar, sentí que la sangre caliente recorría mi cuerpo, que en cualquier momento iba a explotar y romperle su madre. Obvio, no lo hice, y lloré y lloré lágrimas de bilis. Sentí impotencia y enojo contra mí misma por ser tan pendeja. Grrrrr!!!! Creo que él nunca se dio cuenta del poder que ejercía sobre mí. Como nunca antes le había permitido a nadie que lo hiciera.
Recientemente, una pareja de amigos que SIEMPRE discute por cualquier pendejada cuando los visitamos, tuvieron una discusión mucho más subida de tono (les valió que Mr. D y yo estuviéramos ahí) y aunque no entendía muy bien, uno le decía al otro que era un pendejo; y se lo decía una y otra vez. Lo trató como si fuera un niño chiquito o retrasado mental, no sé. Me sentí de lo más incómoda y pensé en mí misma. Digo, El Innombrable nunca me dijo pendeja, pero sabía muy bien cómo hacérmelo sentir sin pronunciar la palabra.
Ahora, me pregunto yo, en qué consiste este fenómeno. Me refiero a que con cualquier otra persona somos bien gallitos, decimos, gritamos, exigimos, ninguneamos, incluso a nuestros mejores amigos o nuestros padres; no nos dejamos ni del jefe, ni del sacerdote, ni del microbusero. Pero llega el momento en que como decía mi SS Abuela "nos encontramos con la horma de nuestro zapato" y entonces sí, ni pío decimos. No estoy diciendo que nos pase con todas nuestras parejas, aclaro. Sólo con esa persona en especial. De otra manera sí tendríamos un serio problema, creo yo. Si esto me pasara con Mr. D seguro lo habría pensado dos veces antes de casarme. Pero mi duda sigue ahí... qué oscura influencia ejerce sobre ti esa persona que es la única que te puede dominar?
Será parte de un X File de la psicología?
Tengo una amiga que tiene un carácter de la chingada, siempre quiere ser ella la que tenga la última palabra y siempre quiere decidir a dónde ir a comer, a qué hora y por cuánto tiempo, por citar un ejemplo. De hecho, desde que íbamos en la universidad, le dejábamos la chamba que tuviera que ver con planeación y logística porque ya sabíamos que si lo hacía alguien más ella pondría un pero. Entonces mejor de una vez que lo haga ella, no?
Un día, me dí cuenta de que estaba llorando. Le pregunté que qué le pasaba y había tenido una discusión con su novio. Su coraje residía en que no había podido contestarle nada. Se había quedado callada toda la discusión. No pudo argumentar nada. Simple. Y me dijo que no era la primera vez. Que no sabía porqué, pero ante él ella se encontraba indefensa, incapaz de contestarle como quería y tragándose sus lagrimitas. Chale, pensé yo. Qué poca de tipo.
Pasó el tiempo, y yo no soy digamos, la chica tierna, condescendiente que a todo dice que sí. Yo soy digamos "mamila". Pero un día, discutiendo con El Innombrable, no pude decirle lo que se merecía. Quería gritarle y decirle que se fuera al diablo con su discusión estúpida, que no me estuviera jodiendo, y que yo no tenía la culpa de lo que había sucedido. Qué hice en lugar de eso? Me callé la boca. Y al no poder hablar, sentí que la sangre caliente recorría mi cuerpo, que en cualquier momento iba a explotar y romperle su madre. Obvio, no lo hice, y lloré y lloré lágrimas de bilis. Sentí impotencia y enojo contra mí misma por ser tan pendeja. Grrrrr!!!! Creo que él nunca se dio cuenta del poder que ejercía sobre mí. Como nunca antes le había permitido a nadie que lo hiciera.
Recientemente, una pareja de amigos que SIEMPRE discute por cualquier pendejada cuando los visitamos, tuvieron una discusión mucho más subida de tono (les valió que Mr. D y yo estuviéramos ahí) y aunque no entendía muy bien, uno le decía al otro que era un pendejo; y se lo decía una y otra vez. Lo trató como si fuera un niño chiquito o retrasado mental, no sé. Me sentí de lo más incómoda y pensé en mí misma. Digo, El Innombrable nunca me dijo pendeja, pero sabía muy bien cómo hacérmelo sentir sin pronunciar la palabra.
Ahora, me pregunto yo, en qué consiste este fenómeno. Me refiero a que con cualquier otra persona somos bien gallitos, decimos, gritamos, exigimos, ninguneamos, incluso a nuestros mejores amigos o nuestros padres; no nos dejamos ni del jefe, ni del sacerdote, ni del microbusero. Pero llega el momento en que como decía mi SS Abuela "nos encontramos con la horma de nuestro zapato" y entonces sí, ni pío decimos. No estoy diciendo que nos pase con todas nuestras parejas, aclaro. Sólo con esa persona en especial. De otra manera sí tendríamos un serio problema, creo yo. Si esto me pasara con Mr. D seguro lo habría pensado dos veces antes de casarme. Pero mi duda sigue ahí... qué oscura influencia ejerce sobre ti esa persona que es la única que te puede dominar?
Será parte de un X File de la psicología?
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