Las cenitas se repitieron todas las noches de esa semana. El equipaje llegó hasta el viernes por lo que viajarían el sábado. El destino se cambió debido a esta razón y se fueron a Acapulco. Playa cercana al DF y de fácil acceso. Regresarían el martes para irnos el miércoles al Pueblito Papanteco tan pronto yo saliera de la oficina.
No recuerdo qué hice esos días, aunque supongo que me la pasé en casa dejándome apapachar por mi madre chula, y claro, envidiando a este par que iba a disfrutar del sol y la playa de Acapulque, mi destino desmadroso favorito.
La primera vez que fui solita a este maravilloso puerto fue en mi viaje de graduación de la Universidad. Menciono solita porque mi familia no estaba incluída en la salidita. Fue genial! Y ya sé que hay quienes opinan que salir con todo el grupo de la escuela es de hueva y blablabla pero yo siempre he dicho que no importa tanto el lugar sino la actitud con la que vayas y la compañía, claro está, y para estos efectos Miss E y La Berrinchitos fueron la mejor que pude haber tenido en ese viaje que fue decisivo en muchos aspectos. El principal fue que Miss E se encontró a su amor italiano y que eso rigió nuestras vidas los siguientes tres años. Todo lo que hacíamos estaba encaminado a hacer el viaje a Europa para visitarlo y para conocer el lado opuesto al nuestro del charco. Así fue que conocí y me enamoré de Brujas y me decepcioné de París, me conmoví con el David y supe lo que era la nieve por primera vez en Lucerna. Todo por Miss E. Siempre pensé que ella acabaría viviendo en Milán y que yo tendría que sacrificarme y visitarla una vez por año. Me la imaginaba hablando italiano y cocinando pasta para su marido y sus chamacos... Quién iba a decir...
Llegó el tan esperado miércoles y como yo soy muy previsora, sobretodo en Semana Santa que es cuando todos los chilangos dejan la Ciudad como ratas el barco naufragado; hice mi maletita una noche anterior y me la llevé al trabajo esa mañana. Llegué muy mona yo en tenis a la oficina. Obvio, me los cambié de inmediato por unas bonitas sandalias negras de tacón alto para hacer juego con todo lo demás que llevaba encima. Ya me urgía que dieran las dos, ya me urgía verlo de nuevo. Qué habrán hecho solitos allá con traguitos, playita y barecitos?
"Buenos días, le atiende La D, en qué le puedo ayudar?" Mi día empezaba.
No recuerdo qué hice esos días, aunque supongo que me la pasé en casa dejándome apapachar por mi madre chula, y claro, envidiando a este par que iba a disfrutar del sol y la playa de Acapulque, mi destino desmadroso favorito.
La primera vez que fui solita a este maravilloso puerto fue en mi viaje de graduación de la Universidad. Menciono solita porque mi familia no estaba incluída en la salidita. Fue genial! Y ya sé que hay quienes opinan que salir con todo el grupo de la escuela es de hueva y blablabla pero yo siempre he dicho que no importa tanto el lugar sino la actitud con la que vayas y la compañía, claro está, y para estos efectos Miss E y La Berrinchitos fueron la mejor que pude haber tenido en ese viaje que fue decisivo en muchos aspectos. El principal fue que Miss E se encontró a su amor italiano y que eso rigió nuestras vidas los siguientes tres años. Todo lo que hacíamos estaba encaminado a hacer el viaje a Europa para visitarlo y para conocer el lado opuesto al nuestro del charco. Así fue que conocí y me enamoré de Brujas y me decepcioné de París, me conmoví con el David y supe lo que era la nieve por primera vez en Lucerna. Todo por Miss E. Siempre pensé que ella acabaría viviendo en Milán y que yo tendría que sacrificarme y visitarla una vez por año. Me la imaginaba hablando italiano y cocinando pasta para su marido y sus chamacos... Quién iba a decir...
Llegó el tan esperado miércoles y como yo soy muy previsora, sobretodo en Semana Santa que es cuando todos los chilangos dejan la Ciudad como ratas el barco naufragado; hice mi maletita una noche anterior y me la llevé al trabajo esa mañana. Llegué muy mona yo en tenis a la oficina. Obvio, me los cambié de inmediato por unas bonitas sandalias negras de tacón alto para hacer juego con todo lo demás que llevaba encima. Ya me urgía que dieran las dos, ya me urgía verlo de nuevo. Qué habrán hecho solitos allá con traguitos, playita y barecitos?
"Buenos días, le atiende La D, en qué le puedo ayudar?" Mi día empezaba.
4 comentarios:
aggggg me tienes en ascuas....
ABCCATita
Brujas!!!...me toco ir cuando fui a visitar a mi amigo Arnaud (de carino Arnulfo jeje) en Bruselas, precioso lugar, la arquitectura es genial y las calles tranquilas y coloridas, 'si, yo lo recuerdo' ...
Que bueno que tengas una mama chula, yo tambien tengo la suerte de tener una = )
estoy igual que ABCCATita
ya quiero saberrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr
pero ya falta menos.. creo :S
Quiero ir a Europalandia y quiero más de esta historia.
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