miércoles, 28 de enero de 2009

De cómo empezó todo... (Episodio 6) La Sorpresa

Enero llegó y trajo consigo movimiento. Ese día había tenido dos entrevistas de trabajo, una en la Cuauhtémoc y otra en la Del Valle. Me habían llamado el día anterior para hacer la cita y yo afortunadamente, había podido coordinarlas para el mismo día. Me ponía muy nerviosa el llegar a un lugar y ser examinada como perrito de concurso, así que si podía pasar por eso en un sólo día de martirio pues mucho mejor.

Recordé las recomendaciones que un amigo que trabaja en Recursos Humanos me dio. Cosas obvias, pensé, pero igual le hice caso. No tenía más que un traje sastre y para esas alturas me quedaba grande. La dieta había sido un éxito tal que aún después de meses de haber dejado el régimen yo seguía estando tan flaca como una estaca. Marilú insistía en que era depresión y otros más hasta me preguntaban si estaba enferma. Como sea, yo me sentía bien porque era un pequeño logro para mí misma el haberme deshecho de los malos hábitos (alimenticios, nomás).
Tomé uno de mis pantalones negros de vestir, un suéter blanco de cuello de tortuga (hacía frío) y mi blazer nuevo que me encantaba, negro con bies blanco en las solapas. Para nada eran traje sastre pero al menos daban el gatazo. Me arreglé el cabello lo mejor que pude y me fui.

(Había pasado algo muy curioso con mi cabello. En una de esas en que no tenía nada mejor qué hacer, me fui a una de las muchas estéticas que están cerca de la casa de mi mamá, pero resulta que la que yo quería estaba cerrada por lo que se me hizo muy fácil pasarme a la de la esquina. Ya había ido antes pero nunca había sido atendida por la dueña en persona, siempre me atendía la señora rubia gordita o la chica de cabello ultracorto y carita de muñeca. Total, que La Dueña me cortó el cabello no como yo le pedí, sino como a ella se le pegó la gana y me dejó con la melena super cortita. Sospeché algo maquiavélico desde el primer tijeretazo que aplicó pero no dije nada. Yo sonreía al ver por el espejo como mi cabellera caía al suelo. Ella pensó que yo estaba muy satisfecha con su trabajo de seguro, porque también sonreía. El caso es que cuando salí de ahí me dí cuenta de que tantos años de orgasmos inexistentes pasaron la factura y me tocó a mí pagarlos. La muy cabrona me dejó como a Chachita; pero como tenía cosas más importantes de las qué preocuparme y al final el cabello es un recurso renovable, lo tomé filosóficamente y no hice panchos. Eso sí, perdió su propina.)

Las entrevistas fueron fructíferas a mi parecer y regresé tranquila a casa. Una de las empresas en cuestión era alemana y prometía. Yo mantenía cruzados los dedos.

Cuando llegué a casa mi mamá me recibió con la comida casi lista. Era mole de olla y es uno de mis platillos preferidos. Moría de hambre así que mientras le daba el hervor final yo prendí la compu. El spam de la semana anterior había sido más que persistente. Había estado chateando con un wey que me caía bien, pero que arruinó todo cuando me envió su foto. No era para nada mi tipo. Tenía una cara que me daba desconfianza, era gordito (bastante gordito), se estaba quedando calvo, y seguro arañaba el cincuentón. Ay no! Horror. Estatus: bloqueado.

Tenía un mail de este gordito cuyo nombre no recuerdo preguntando que donde me había metido y otra vez spam, pero esta vez mi nombre aparecía en el subject del mensaje. Achis. Nunca había visto esto. Por pura curiosidad lo abrí y leí algo parecido a esto:

"Hola, no sé si sigas ahí pero es la cuarta vez que trato de contactarte. De hecho, te estoy reenviando el correo anterior. Tal vez no lo hayas recibido o tal vez no quieras contestar. De todas maneras esta es la última vez que lo intento. Que tengas lindo día.
Saludos"

[mierda! quién es este wey???]

2 comentarios:

dianarl dijo...

y quien era? Mr. D? anda anda ya dinos!

Anónimo dijo...

Hola, vengo de regreso y me estoy poniendo al dia en los blogs...
Muy padre la nueva presentacion de tu página... se acerca mas a vos...
ABCCATita