lunes, 20 de octubre de 2008

quiero un perro...

Mi historia con las mascotas no ha sido muy buena que digamos. Cuando era muy niña tuve una perrita llamada "Mafalda", apenas la recuerdo y eso porque un día me dio un mordizco que me dejó una marca en el antebrazo. Fue su penúltimo día en la casa. Mi abuela gustosa se deshizo de ella regalándosela a un vecino... o algo así. Después me dio por tener borregos, gallos, y patos. Todos terminaron en la cazuela tarde o temprano. También tuve un canario pero un buen día escapó... o se murió??? No sé, pero me gustaba que me despertara con su canto alegre los fines de semana, aunque me chocaba lavarle la jaula.

Ya de mayorcita tuve dos perros hembras: una bull terrier con un ojo azul y otro café, y una boxer. Ambas fallecieron poco tiempo después de haber llegado a mis manos. La primera envenenada, la segunda por mal de llanta cuando se le escapó a mi hermana. Mala onda. Después tuve un hurón que era hermoso, juguetón y de buen carácter. El muy cabrón aprendió a abrir la puerta cuando estaba entrecerrada. Gracias, prima, por no cerrarla bien. Como le encantaba andar suelto por el depa y tomar largas siestas escondido en el librero, no nos dimos cuenta de que se había salido sino hasta un día después cuando no llegó al desayuno. Mi mamá estaba en el hospital en ese entonces y cuando volvió notó la ausencia. Pero estaba tan contenta de estar en casa de nuevo (y medio débil) que no lo empezó a extrañar sino hasta como un mes después.

Desde que perdimos a Alfredo (así se llamaba el hurón) se había negado a tener otra mascota, hasta el año pasado que un periquito australiano le llegó de visita en la casa del pueblito papanteco. Mi sobrino de cuatro años eligió el nombre. Se llama "Sello". Y así, ahora mi madre se entretiene cuidando a su ave aunque creo que nunca lo querrá como quiso al calcetín con canicas (o sea, al Alfredo).

Yo desde hace mucho quiero tener un perro, y cada que se lo menciono a Mr. D me contesta "waaff!" y saca la lengua. Me hace reir mucho, pero de todas maneras quiero uno al que pueda sacar a pasear con correa y enseñarle trucos. Los trucos se los puedo enseñar a mi marido pero dudo que acceda a salir con correa, ja!!! Cuando voy a casa de los vecinos soy feliz jugando con su jack russell hijodelmaiz que sólo me hace caso cuando a él se le pega la gana y no cuando yo le hablo. En fin. Así son de volubles los machos (sí, toooodoooossss!!!).

Quiero un perro! Quiero un perro! Quiero un perro! Aunque me tenga que levantar más temprano para sacarlo a miar, aunque tenga que congelarme una hora en el parque para que haga ejercicio (él, no yo), aunque no pueda irme de vacaciones porque no tengo con quién dejarlo (aunque igual y a los vecinos no les molestaría cuidarlo de vez en cuando), aunque tenga que aspirar la casa diario porque Mr D es alérgico al pelo de animal, aunque tenga que levantar cacas con bolsita de plástico...

Mmm... mejor lo sigo pensando...



Éste es ZEB, el jack russell hijodelmaiz que juega conmigo cuando está de buenitas.

1 comentario:

Anarbolink dijo...

Yo tambien quiero uno, se llamara killer, sera un rottweiler, y sera igual de inteligente y hermoso que mi rottweiler anterior.

Saludos desde tamaulipas, mx
anarbol.com