Aunque ya no he mencionado el tema, sigue dando vueltas en mi cabeza. A veces me delata una escena en la tele, una canción, o una imagen en el parque. A veces sólo sucede sin necesidad de estímulo. Lloro. Vuelvo a sentir miedo. Angustia. Sigo preguntándome el porqué, el para qué, el porqué a mí. Sé que no tiene caso y entonces trato de pensar en el futuro. Pero el miedo sigue ahí. Ayer en la cena intenté hablar del tema. Sólo me dí cuenta que Mr. D sufre igual que yo. Fue algo muy fuerte, y sigue siendo tan reciente que no hemos podido abordarlo.
Anoche me fui a la cama pensando en lo mismo. Y si lo volvemos a intentar? Y si vuelve a salir mal? Seríamos capaces de afrontarlo?
Cuando te enteras que vas a tener un bebé comienzas a pensar mil cosas a la vez: la cuna, la ropita, el doctor, los exámenes de sangre, el parto, los biberones, el dolor de bubis, la cicatriz sobre la cicatriz, el llanto a media noche, los vecinos sin dormir, tú sin dormir, el frío, el calor, los mosquitos, la bañera, el cambiador, los pañales, la cara de mi mamá cuando lo vea por primera vez, mi hermana y su sonrisa, yo bajándome del avión con el bebé en brazos, Mr. D abrazando a mi padre mientras Ana me ayuda con el paquetito, el Gordis diciendo salud con una Indio en la mano, Marge haciéndole segunda, Chilis, Emi y Xiadis alrededor de él tratando de tocarlo delicadamente... Tantas cosas, mierda!!!! Piensas todo, te imaginas todo, pero nunca piensas que lo vas a perder. Que lo que imaginas no sucederá, que todo acabará en tu primer visita al ginecólogo. Eso no lo piensas NUNCA!!!!!
Ahora, después de casi dos meses sigo pensando. Pero pienso otras cosas. Ahora lo analizo. Porqué tiene que ser así? Por qué pienso ahora que tal vez no tengamos el dinero suficiente; con el aumento del gas y la energía, con el aumento del precio de los alimentos, con el gasto de la escuela de idiomas y con lo que desembolsaremos para los boletos de avión y la estancia en México. Esto no está bien. Aunque una vez Ia* me dijo que ojalá y todo se redujera a dinero. Ahí viene la segunda parte. Y entonces pienso que tal vez no estoy preparada para ser madre. Pero, seamos honestos, quién lo está? Cuándo sabes que ya estás lista? Y aún cuando tenga al bebé, seré capaz de criarlo? Lo bañaré, lo cuidaré y lo alimentaré adecuadamente? Seré capaz de distinguir cuando tenga hambre de cuando tenga un cólico? Seré capaz???? Seré adecuada? Seré una buena madre como lo fue la mía?
A veces me entero de chicas jóvenes que meten la pata y así de la nada, sin siquiera proponérselo son madres. Cómo le hacen? Cómo salen adelante siendo tan jóvenes, sin trabajo y sin pareja que las apoye? No lo entiendo. Una amiga muy querida me dijo que cuando Dios te manda un bebé también te manda la capacidad para cuidar de él, supongo que se llama Instinto Materno. Esa luz que te ilumina y te ayuda a detectar si ya se despertó aunque tú estés en otro cuarto, ese oído super desarrollado para escuchar el mínimo murmullo aunque tengas la tele en un volumen alto, ese olfato para saber que es hora de cambiarlo aunque él no muestre señales de malestar por tener el pañal húmedo, ese sexto sentido que te dice que esa manera de llorar no es de hambre. Dios! Qué difícil me parece pero es algo tan natural como mi propia respiración, como comer, como dormir.
Y sin embargo sigo sintiendo miedo. Sigo pensando y pensando sin llegar a ningún lado. Mi SS abuela diría: "Ya Dios dirá" y supongo que es lo más sabio que puedo pensar ahora. Ya veremos, con el tiempo, cuando me sienta lista volveremos a intentarlo. Cuando el temor me deje y la esperanza regrese.
Anoche me fui a la cama pensando en lo mismo. Y si lo volvemos a intentar? Y si vuelve a salir mal? Seríamos capaces de afrontarlo?
Cuando te enteras que vas a tener un bebé comienzas a pensar mil cosas a la vez: la cuna, la ropita, el doctor, los exámenes de sangre, el parto, los biberones, el dolor de bubis, la cicatriz sobre la cicatriz, el llanto a media noche, los vecinos sin dormir, tú sin dormir, el frío, el calor, los mosquitos, la bañera, el cambiador, los pañales, la cara de mi mamá cuando lo vea por primera vez, mi hermana y su sonrisa, yo bajándome del avión con el bebé en brazos, Mr. D abrazando a mi padre mientras Ana me ayuda con el paquetito, el Gordis diciendo salud con una Indio en la mano, Marge haciéndole segunda, Chilis, Emi y Xiadis alrededor de él tratando de tocarlo delicadamente... Tantas cosas, mierda!!!! Piensas todo, te imaginas todo, pero nunca piensas que lo vas a perder. Que lo que imaginas no sucederá, que todo acabará en tu primer visita al ginecólogo. Eso no lo piensas NUNCA!!!!!
Ahora, después de casi dos meses sigo pensando. Pero pienso otras cosas. Ahora lo analizo. Porqué tiene que ser así? Por qué pienso ahora que tal vez no tengamos el dinero suficiente; con el aumento del gas y la energía, con el aumento del precio de los alimentos, con el gasto de la escuela de idiomas y con lo que desembolsaremos para los boletos de avión y la estancia en México. Esto no está bien. Aunque una vez Ia* me dijo que ojalá y todo se redujera a dinero. Ahí viene la segunda parte. Y entonces pienso que tal vez no estoy preparada para ser madre. Pero, seamos honestos, quién lo está? Cuándo sabes que ya estás lista? Y aún cuando tenga al bebé, seré capaz de criarlo? Lo bañaré, lo cuidaré y lo alimentaré adecuadamente? Seré capaz de distinguir cuando tenga hambre de cuando tenga un cólico? Seré capaz???? Seré adecuada? Seré una buena madre como lo fue la mía?
A veces me entero de chicas jóvenes que meten la pata y así de la nada, sin siquiera proponérselo son madres. Cómo le hacen? Cómo salen adelante siendo tan jóvenes, sin trabajo y sin pareja que las apoye? No lo entiendo. Una amiga muy querida me dijo que cuando Dios te manda un bebé también te manda la capacidad para cuidar de él, supongo que se llama Instinto Materno. Esa luz que te ilumina y te ayuda a detectar si ya se despertó aunque tú estés en otro cuarto, ese oído super desarrollado para escuchar el mínimo murmullo aunque tengas la tele en un volumen alto, ese olfato para saber que es hora de cambiarlo aunque él no muestre señales de malestar por tener el pañal húmedo, ese sexto sentido que te dice que esa manera de llorar no es de hambre. Dios! Qué difícil me parece pero es algo tan natural como mi propia respiración, como comer, como dormir.
Y sin embargo sigo sintiendo miedo. Sigo pensando y pensando sin llegar a ningún lado. Mi SS abuela diría: "Ya Dios dirá" y supongo que es lo más sabio que puedo pensar ahora. Ya veremos, con el tiempo, cuando me sienta lista volveremos a intentarlo. Cuando el temor me deje y la esperanza regrese.
1 comentario:
Los temores siempre son duros de vencer, más no imposibles. Puedes dudar muchas veces, más no rendirte. Suerte
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