miércoles, 14 de abril de 2010

de lo que es tener un perro pirata (3)

Ese sábado me levanté ya sin sueño. Algo muy raro en mí sobretodo si el panorama a través de la ventana confirmaba que el servicio meteorológico otra vez, había acertado en el pronóstico. Las nubes grises cubrían todo el cielo y amenazaban con dejar caer la lluvia en cualquier momento.

[eso y que soy alérgica a levantarme temprano en fin de semana]

Después de tomar una rápida ducha y un café, agarramos camino. Yo iba envuelta en mi abrigo, con bufanda, gorro y guantes, como en cualquier otro día de invierno... con la diferencia de que en teoría la primavera ya había empezado. Mr D cargó con su parka -y no, nada que ver con famoso luchador- que aunque estorbosa para manejar, lo ha salvado en innumerables ocasiones del mal clima.

[Si no están seguros de qué diablos es una "parka", den click aquí]

Llegamos a Amberes después de 50 minutos de manejar por la autopista (recuerden, aquí en Bélgica 50 minutos en carretera es un chingo) y empezamos a abrir más los ojos. Eran rumbos totalmente desconocidos para ambos y afortunadamente, todo está perfectamente bien señalizado por lo que a pesar de nuestra poca pericia llegamos 10 minutos antes de la cita.

[Ojalá y así fuéramos de puntuales para otras cosas]

Mr D aprovechó para fumarse un cigarro mientras esperábamos a que dieran las 11. Llovía esa lluvia que no ves pero cómo moja (lluvia chingaquedito pues) y el viento estaba helado, como de costumbre. Tocamos el timbre de lo que no necesitaba un anuncio luminoso para ser identificado como un Asilo de Animales: dos grandes estatuas caninas adornaban cada uno de los lados de la entrada.

[Así o más sutiles]

Se veía grande y silenciosa. Yo por un momento dudé que ahí fuera el lugar que estábamos buscando. Un silencio así no es normal cuando hay animales dentro. Mi sorpresa fue aún mayor cuando una mujer corpulenta nos abrió la puerta y de inmediato al menos ocho pares de curiosos ojos y respectivas narices nos recibían.

No era un asilo. Era una casa particular con una sala no más grande que la mía con la gran diferencia de que en vez de un loveseat, había una especie de sofá-cama enorme donde habían por lo menos cuatro perros de distintos tamaños mirándonos y "haciéndonos fiestas" para ser acariciados.

[más o menos como éste pero con más taburetes]

Alrededor del mismo había también una innumerable serie de "camitas" donde perros más pequeños y por lo visto acostumbrados a las visitas, seguían dormitando sin prestarnos mayor atención. "Vienen por el Bulldog francés" afirmó la dama y enseguida el que supongo era su marido -y asistente- se sumergió en una especie de azotehuela y regresó en brazos con el perro en cuestión.

Lo puso sobre la mesa del comedor -o lo que alguna vez sirvió de mesa- haciendo a un lado los cacharros con croquetas, ceniceros, encendedores, documentos, mantelitos de plástico, osos de gomita y demás. El animalito se notaba nervioso pero no mostraba intentos de querer escapar y se dejaba acariciar. De repente se movía mostrando un inusitado interés por sus congéneres que daban vueltas alrededor de nosotros queriendo llamar nuestra atención.

Sin embargo, mi atención ya la había capturado esa bola de pelos blancos con negro. Sus orejas de murciélago y ese distintivo antifaz que si hubiera un Batman Canino, seguro sería inspirado en él. Pude ver de cerca su ojo dañado. El iris es azul y apenas se distingue el punto de la pupila. Lo demás es sólo tejido rosa, que da la impresión de ser un minúsculo crater de un imaginario volcán apagado hace ya mucho tiempo.

Cuarenta y cinco minutos después salimos con 12 kilos de músculo y pelos extra, y doscientos euros más ligeros en la cartera. Obvio, el entusiasmo de una mascota en casa no tiene precio. Lo acomodamos en The Match Box lo mejor que pudimos y con miedo de que se vomitara a medio camino, manejamos de regreso.


Guust en el asiento trasero de The Match Box (click para ampliar)


Como una señal divina, habíamos visto una Enorme tienda de mascotas justo en la entrada del pueblito. Mr D se encargó de comprar todo lo necesario: arnés, correa, alimento, cepillo, hueso de carnasa, pelotita anti-destructible (eso fue lo que dijo la vendedora) y shampoo.

Llegamos directo a darle un merecidísimo baño y como era de esperarse opuso pasiva pero firme resistencia. No ladró, ni salió de un salto de la tina, ni arañó, ni tampoco se sacudió el exceso de agua. Esperó estoicamente a que termináramos de enjuagarlo, con dos patas recargadas en el borde de la tina y el pecho empujando hacia adelante.

Como no teníamos toalla especial, agarramos una de Los Simpsons que pocas veces usamos (lo siento, hermana, ya te ganaron tu toalla). Intenté acelerar el proceso utilizando mi secadora de cabello pero el perrillo se asustó y ahí sí salió disparado y se fue a esconder a un rincón. Ok. No secadora, mensaje recibido.

Le servimos agua y alimento pero no probó nada ese día, ni siquiera después de haber salido a darle su caminata de bienvenida. Se acomodó sobre una enorme almohada que le serviría de cama en lo que le encontrábamos una a su medida y así pasó casi toda la tarde.

[Nada parecido a esto, nosotros somos una simple familia proletaria]

Al fin se hizo de noche y nos fuimos a dormir. Él nos siguió a la recámara y -por supuesto- hizo el intento para subirse a la cama pero pronto aprendió que ese acceso no le estaba permitido. Apagamos la luz casi a la medianoche.

No había pasado ni siquiera una hora de eso cuando de repente escuchamos sus pasitos sobre el piso de madera y...

(continuará...)


11 comentarios:

Malinkita dijo...

Asj me tienes mordiéndome las uñas!!!
Me encanta Guust, es bellísimo de verdad!

Martica dijo...

Es una tierna historia la de como el Guuust llegó a sus vidas. Que bueno que lo adoptaron. Aunque se vea muy serio el Guuust ha de estar muy contento de tener a sus propios dueños, su camita y toda la cosa, pero sobre todo el cariño de ustedes.

dianarl dijo...

no se vale D! tu siempre nos cuentas a puras pausas :(, a este paso ya no alcanzaré a leer el final por que ya casi regreso a saltillo y allá no tengo interné :( esos perros me dan miedo pero ese como que da ternurita espero no haga travesuras jeje.
Saludos!

Pao D dijo...

Malinkita: Y si lo vieras en persona!! es un dulce!
Martica: No puedo salvar al mundo pero pudimos rescatar al menos a éste que cada día se gana más y más su lugar en mi corazón. Espero que yo también me esté ganando el suyo.
dianarl: Tienes que quitarte el miedo a los perros! se ven mal encarados pero son buenos como el pan, aunque sí hay muchos que son muy latosos pero éste es super tranquilito.

Bek dijo...

jaaja y a mi que no me gustan las sorpresas ni que me hagan esperar.ash.
(toda neurótica) el perro está hermoso, ya te lo había dicho ;)

Pao D dijo...

Ups! Sorry, Bek! pero prometo que se va a poner bueno! jajajja

Anónimo dijo...

que miedo sus ojos, asi como.. como si fuesen canicas negras =/

Raquel dijo...

Felicidades por el nuevo miembro de la familia, y a Guust por el nuevo hogar que ahora tiene...

¿Cuántos capítulos nos falta para terminar la historia?... ya no tengo uñas!!!

Pao D dijo...

Agenda: y sólo tiene una canica, la derecha (ay, eso se oye feo). La izquierda es como un balín azul... muy raro, mi perro.
Raquel: Supongo que serán en total 5. pero ya el último será hasta el lunes...
Gracias por su paciencia :D

todavia dijo...

Jijos... la verdad yo no le hubiera prohibido acostarse en la cama, luego luego le hubiera hecho espacio. =)

Que lindo y que bien portadito!!

Deja sigo gozando del privilegio de haber llegado tarde a la historia: Seguir leyendo sin tener que esperar ;)

Unknown dijo...

Orale 200 euros.

Angel C.