miércoles, 4 de noviembre de 2009

Si el No Hubiera existiera (2)

El General era un hombre hecho por sí mismo. De origen humilde pero muy trabajador. Con tres mujeres en su haber y la última siendo mi SS Abuela a quien le llevaba muchos años por lo que cuando yo nací El General ya arañaba los ochentas (aunque en todavía muy buena salud para su edad). Recuerdo muchas cosas pero son todas vagas, como sueños muchas de ellas. Recuerdo que le encantaba el chocolate y los pastelitos de El Globo, los muéganos, los dulces mexicanos, la buena comida y la buena bebida. Decía que eso era lo único que se iba a llevar cuando muriera. Recuerdo a mi abuela discutiendo con él en innumerables ocasiones ya que él era diabético y aunque ella se esforzaba en cuidarle la dieta, El General siempre se las ingeniaba para comer lo que no debía al primer descuido de ella: "Eres necio, Cristóbal! Necio! Necio! ay, Dios mío! Qué estaré pagando?!*"

El General sólo se reía o la tiraba de a loca y mi SS Abuela hacía tremendos corajes, pero al final, creo que eran una pareja feliz. Ella vivía para él y por él y le dedicaba total devoción y en todo lo secundaba. En todo, excepto en lo que a mí concernía: "la estás maleducando","le estás dando un mal ejemplo a la niña", "le va a hacer daño comer tantos dulces", "no deberías consentirla tanto". Pero ella me cuidaba y me adoraba tanto como él y yo fui una niña sumamente feliz. Él era mi sol y mi refugio y junto a él nada malo podía pasarme. Era mi superhéroe. Hasta que un día me dí cuenta de que él ya estaba muy viejito. Empezó a perder la vista por la diabetes, los dientes, la memoria, el oído... empezó a depender de mi SS abuela para las cosas básicas como comer o ir al baño. Su cuerpo se fue deteriorando rápidamente, frente a mis ojos, y yo no lo supe ver entonces con mis ojos infantiles.

Mi abuelo se volvió silencioso. Un cuerpo sentado en un sillón que pocas veces hablaba. A veces sólo gritaba cuando algo le daba miedo. Escuchaba ruidos y pensaba que yo me había caído. A veces yo lo hacía a propósito para verlo reaccionar, para saber que él seguía ahí dentro. Escuchándome. Pero llegó el día en que ya no reaccionó más, en que ya no me reconocía, ya no me veía. Y un buen día se quedó dormido y ya no despertó.

Si mi abuelo no hubiera muerto habrían pasado dos cosas significantes. La primera es que no hubiéramos perdido la casa en la colonia donde vivía pura gente bonita y nice. Por lo tanto, no habríamos perdido parte de nuestra identidad, de nuestro patrimonio y de nuestra dignidad en el proceso. Y la segunda es que mi SS Abuela no habría empezado a decaer ni anímica ni físicamente y mi madre no habría tenido que empezar a trabajar por falta de lana. El dinero se habría quedado con El General y por lo tanto con nosotros. El General se habría hecho cargo del negocio o al menos, lo habría dejado en buenas manos. Mi hermana y yo habríamos seguido siendo las princesas del castillo y seguramente habríamos asistido a escuelas del rumbo, rodeadas de gente bonita y nice. El Gordis tarde o temprano habría sido administrador del negocio, después de terminar la carrera correspondiente obligado por mi SS abuela, obvio. Habría dejado de ser un junior huevón y tira-rostro para convertirse en El Heredero. Seguro nos habríamos tenido que rifar muchos tiros más con las hijas legítímas de El general, pero seguro también bajo su ala habríamos ganado la batalla.

Actualmente, yo estaría casada con un alto ejecutivo de alguna empresa trasnacional, al que habría conocido en alguna de tantas cenas con gente bonita y nice, obvio, organizadas por mi SS abuela y las demás Damas de la Caridad de la Santísima Virgen del Carmen, y apoyada -un poco a regañadientes- por mi Madre Chula que seguiría teniendo ese carácter explosivo e indomable que la caracterizaba hace 20 años. Yo seguramente, ya tendría por lo menos dos hijos adorables, que asistirían a puras escuelas de gente bonita y nice. Yo no trabajaría, obvio, sería una señora camioneta asistiendo a desayunos, clases de pilates, juntas de padres de familia y esas cosas. Me la pasaría yendo y viniendo entre la escuela de los niños -sí, serían dos varones- mis clases y sus clases de equitación, natación y esgrima (lo que uno tiene que hacer por los hijos).

Si El General No Hubiera muerto, yo no habría asistido a la Universidad que asistí sino a una tipo Tec de Monterrey o UIC o Panamericana o algo así. No habría tenido que lidiar para conseguir una beca, ni trabajar desde los 16, ni habría vivido mi adolescencia en la casa de La Peral, ni habría tenido complejo de flaca sin bubis ni nalgas porque obvio, ser flaca anoréxica me habría abierto las puertas para salir en Quién la revista para la gente bonita y nice; aunque nunca hubiera conocido a Miss E (ouch!**), ni habría conocido a El Innombrable y en consecuencia, tampoco habría conocido a Mr D (doble ouch!). No tendría tiempo para andar en esas cosas de internet, salvo para checar mis inversiones en las Islas Caimán y para revisar los mails que me mandarían de la escuela de los niños... Está bien, también tendría mi facebook y mi grupo de Damas Hijas de las Damas de La Caridad de La Santísima Virgen del Carmen y ahí nos pondríamos de acuerdo para la organización de la siguiente junta y el siguiente evento de beneficiencia, pero nada más.

No tendría necesidad alguna de andar escribiendo este blog.


* A mi SS Abuela le gustaba mucho dramatizar.
*Bueno, no la habría conocido en la uni, pero seguro sí en alguna cena o evento de caridad para gente bonita y nice. Obvio, seríamos amiguis sólo mientras nuestros respectivos maridos fueran socios y no rivales en el Club de Golf.

4 comentarios:

La Negra dijo...

Ah que tal!! me sorprende que un detalle que parezca tan insignificante y peqeño pueda tener un efecto tan grande en la vida de las personas... perot e puedo asegurar que el resultado de las cosas siempre es el que te hace mas feliz...

Bek dijo...

No cabe duda que las cosas, pasan por algo...
Me gustó la historia.

Típico Hombre de Mal Morir dijo...

Cuanta imaginación en esta historia de hubieras!Me gusto mucho. Hoy solo queda hacer de nuestras vidas lo máximo con todo lo que tenemos en la actualidad y si queremos llegar a lo más alto de la vida pues yo creo que depende más de nosotros que de terceros, no estaría de más una ayudadita, pero como no la hay pues a darle con todo a la vida... saludos!!!

dianarl dijo...

como bien dice la etiqueta: lo que es no tener que hacer jajaja pero estuvo muy divertido la verdad