Antes, cuando era una chica Regus* me maquillaba y me peinaba todos los días. No salía de mi casa si no parecía modelo de revista. Bueno, está bien, a veces como buena mexicana llegaba a maquillarme a la oficina. No me critiquen tanto, al menos nunca fui de las que se maquillan en el metro -tengo mi pudor!
El cabello era una cosa aparte. Me compraba shampoos especiales para mi tipo de cabellera: anti-frizz, para cabello ondulado, de normal a seco o teñido, según fuera el caso. El acondicionador no podía faltar y llegaba a ser una verdadera tragedia griega si se me llegaba a acabar a media semana (no me daba tiempo -ni ganas- de ir a La Comer saliendo del trabajo). Mousse, gel, crema o cera para peinar eran mis fieles aliados y llegué a tener 3 secadoras en la casa, unas tenazas y una plancha para alaciarlo. No mamar.
Todas las que viven en el defectuoso o algún otra gran ciudad, estarán de acuerdo que hay que saber calcular bien los tiempos para no llegar tarde al trabajo debido al tráfico, al metro, al microbusero o a los taxistas; y claro, dentro de esos cálculos hay que incluir el tiempo que nos toma darnos un regaderazo (todas las mexicanas nos bañamos antes de irnos a trabajar, no importa si se acaba el gas, el agua, si hace un frío de la chingada o traemos una pulmonía cuata; no hay manera de presentarnos a nuestras labores en nuestro jugo. Cierto o no?) elegir lo que nos vamos a poner**, maquillarnos -aunque esto lo podemos hacer de camino a la oficina- y PEINARNOS.
Yo le invertía todos los días al menos 20 minutos para alaciarme el cabello. Y eso cuando ya tenía mucha práctica porque al principio eran hasta 40 minutos para que me quedara "decente". Todo para que al llegar al trabajo el pelo se me empezara a encrespar con tanto sudor y ajetreo. Ay! Y de ahí que algunas carguemos la secadora en la cajuela del carro o en la bolsa tamaño pañalera para gemelos que ahora tan de moda están.
Y todo para qué, me pregunto yo. Pues para vernos y sentirnos muy bonitas. Para tener una buena imagen y para que nuestros clientes/colegas/amigos/enemigos/prospectos/rivales se quedaran con la boca abierta al vernos pasar. Cuánta vanidad!
Pero así somos las mexicanas. Nos gusta estar siempre guapas y arregladitas como muñequitas de aparador.
En cambio acá en las europas, o al menos en Bélgica, las chicas se maquillan muy poco. Dichosas ellas que con ojos azules o verdes, no tienen que hacer tanto para "resaltarlos" [La verdad es que son super insípidas las güeras éstas, pero uno que no está acostumbrado a ver tanta palidez toda junta pues se deja llevar por la novedad] Acá he aprendido a no maquillarme, a verme y sentirme bonita sin necesidad de ponerme tanto menjurge encima y a no invertirle tanto tiempo y dinero a mi cabello porque al final, no importa cuánto tiempo me lo peine, me lo alacie y lo trate de acomodar; el viento y la lluvia siempre se encargarán de estropéarmelo.
Así que ahora mejor invierto en gorritos coquetos para lo que aún resta del larguísimo invierno. Ya en verano volveré a buscar como loca, una crema para peinar que me lo deje como a mí me gusta.
*Compañía very nice, para gente very nice con clientes very nice (algunos).
**Eso de "Elegir qué ponernos para ir a trabajar" merece un post aparte.
El cabello era una cosa aparte. Me compraba shampoos especiales para mi tipo de cabellera: anti-frizz, para cabello ondulado, de normal a seco o teñido, según fuera el caso. El acondicionador no podía faltar y llegaba a ser una verdadera tragedia griega si se me llegaba a acabar a media semana (no me daba tiempo -ni ganas- de ir a La Comer saliendo del trabajo). Mousse, gel, crema o cera para peinar eran mis fieles aliados y llegué a tener 3 secadoras en la casa, unas tenazas y una plancha para alaciarlo. No mamar.
Todas las que viven en el defectuoso o algún otra gran ciudad, estarán de acuerdo que hay que saber calcular bien los tiempos para no llegar tarde al trabajo debido al tráfico, al metro, al microbusero o a los taxistas; y claro, dentro de esos cálculos hay que incluir el tiempo que nos toma darnos un regaderazo (todas las mexicanas nos bañamos antes de irnos a trabajar, no importa si se acaba el gas, el agua, si hace un frío de la chingada o traemos una pulmonía cuata; no hay manera de presentarnos a nuestras labores en nuestro jugo. Cierto o no?) elegir lo que nos vamos a poner**, maquillarnos -aunque esto lo podemos hacer de camino a la oficina- y PEINARNOS.
Yo le invertía todos los días al menos 20 minutos para alaciarme el cabello. Y eso cuando ya tenía mucha práctica porque al principio eran hasta 40 minutos para que me quedara "decente". Todo para que al llegar al trabajo el pelo se me empezara a encrespar con tanto sudor y ajetreo. Ay! Y de ahí que algunas carguemos la secadora en la cajuela del carro o en la bolsa tamaño pañalera para gemelos que ahora tan de moda están.
Y todo para qué, me pregunto yo. Pues para vernos y sentirnos muy bonitas. Para tener una buena imagen y para que nuestros clientes/colegas/amigos/enemigos/prospectos/rivales se quedaran con la boca abierta al vernos pasar. Cuánta vanidad!
Pero así somos las mexicanas. Nos gusta estar siempre guapas y arregladitas como muñequitas de aparador.
En cambio acá en las europas, o al menos en Bélgica, las chicas se maquillan muy poco. Dichosas ellas que con ojos azules o verdes, no tienen que hacer tanto para "resaltarlos" [La verdad es que son super insípidas las güeras éstas, pero uno que no está acostumbrado a ver tanta palidez toda junta pues se deja llevar por la novedad] Acá he aprendido a no maquillarme, a verme y sentirme bonita sin necesidad de ponerme tanto menjurge encima y a no invertirle tanto tiempo y dinero a mi cabello porque al final, no importa cuánto tiempo me lo peine, me lo alacie y lo trate de acomodar; el viento y la lluvia siempre se encargarán de estropéarmelo.
Así que ahora mejor invierto en gorritos coquetos para lo que aún resta del larguísimo invierno. Ya en verano volveré a buscar como loca, una crema para peinar que me lo deje como a mí me gusta.
*Compañía very nice, para gente very nice con clientes very nice (algunos).
**Eso de "Elegir qué ponernos para ir a trabajar" merece un post aparte.
3 comentarios:
juajajaj aquí he visto cada cosa!!
gente que no ha pasado agua por su grasiento pelo desde el verano pasado por Diossssssssssss! o gente que no se cambia la ropa como en tres días.(??)
Y lo que dices de las mexicanas ay que cierto! jamás ir al trabajo sin el regaderazo, impensable!
Y eso que se supone que donde escasea el agua es allá, no acá.
Será que le exageramos mucho?
p.d: Yo si me llegué maquillar en el metro jajaja a mucha honra!
jajajajajaja estoy totalmente de acuerdo, en el df antes muerta que irte sin banar al trabajo jajajajaja ahhh que diferente aqui me he afodongado mala onda, si salgo sin maquillarme no me siento mal, pero si me maquillo a veecs me siento incomoda en el metro porque nadie se da una manita de gato... ay noooo, estoy de acuerdo que aqui le den menos impportancia al como te ven te tratan pero algunos que ya ni la chingan eso sí como diría mi mamá "no hijita tu arreglate, distinguete" jajajaaja Besitos mi D
Jajaja tienes toda la boca llena de razon... jamas salir sin una manita de gato o el cabello por todos lados! Pero de este lado se ve cada casooo: chicas que pueden "freir un huevo en su cabeza" (a veces me pregunto cuantos dias que no se lavan el cabello?- no les daran asco a su familia o pareja??)o con un "perfume" de no me banio desde hace un mes! jajaj!
Yo vivo en una situacion como la tuya, ni para que pensar en plancharse el pelo... mejor gorritos! Saludos
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