el silencio

Hace casi un mes que no escribía en este su humilde blog. No han sido falta de ganas, ni de cosas qué decir sino de tiempo. Han sucedido muchos cambios en mi vida: actividades nuevas, gente que llega y otras que se han ido, sorpresas que me han dejado sin aliento y otras que me lo han devuelto.

Finalmente, estoy encontrando el equilibrio entre todo eso para poder darme el tiempo y la oportunidad de volver a sentarme frente a mi teclado y escribir; que al parecer es lo único que me queda cuando ya no hay nadie con quién hablar.

Empezaré con contarles que ya tengo trabajo. Después de casi tres años de llevar vida de princesa, por fin tengo algo que me haga sentir que "aporto" aunque sea un poco a la economía familiar. Y no, no es que me haga falta. Gracias a Dios, esta es la primera vez que no trabajo por dinero sino por mera satisfacción personal. Por fin podré comprarle un regalo a Mr D en Navidad!!

Mi trabajo no es nada extraordinario y no está relacionado para nada con mi carrera ni con mi experiencia profesional. Porqué? Pues porque nunca busqué un trabajo de oficina, ni de tiempo completo y porque vuelvo al punto: no tengo la necesidad de... y ya!

Lo que hago, en realidad me cayó del cielo. Fue una de esas ocasiones de estar en el lugar correcto a la hora precisa, y de un día para otro ya estaba el asunto arreglado. Empecé el 14 de septiembre como Chic Chacha en unas oficinas super nice justo en el centro turístico de Bruselas. Porqué de Chacha? Pues porqué no?

No necesito preparación de ningún tipo (salvo si acaso tuve que aprender a usar la super-moderna-cafetera-marca-George Clooney) tampoco necesito hablar francés (todos hablan neerlandés e inglés), no necesito dedicarle todo el día (o sea que no descuido a Mr D ni a Guust) y tampoco interfiere con mi horario escolar. Hago lo mismo que en mi casa, sólo que allá sí me pagan y por si fuera poco: he bajado de pesoooooo!!!! siiiii!!!!!!

Así que la semana pasada recibí mis primeros honorarios y sentí retebonito. Debí habérmelo gastado todo en una peda o algo igual de superfluo y banal como unos zapatos de tacón con estampado de leoparo pero -la verdad es que- tengo algo más chido en mente. Además tampoco gano los miles de euros por lo que tengo que ahorrarle al menos de aquí a diciembre para acompletar para los regalitos ideales de Navidad: yo quiero una de éstas y a Mr D le tocará uno de estos (sólo plis, no le digan).

Y por si fuera poco la familia ha crecido, además de Guust tenemos a mi queridísima prima, la Danseuse Mexicaine que llegó para quedarse por lo menos un año por estas tierras; por lo que la Familia D ya cuenta con 4 integrantes (más lo que se acumulen de aquí a fin de año) lo que hará que este año SÍ pongamos arbolito con esferitas, lucecitas y paquetitos forrados con papel de colores que ayudarán a que la cena de Navidad sí esté chida y no como las anteriores que mejor esteeee... de qué estábamos hablando?

Tengo más cosas qué decir pero ya es tarde y mi cama me llama.

Nos leemos el miércoles con más calmita.

La D